Me gusta la noche
Me gusta cuando alguien me habla de lo que ama y sus ojos se pierden en instantes que para mi son intangibles e inaccesibles
Me gusta cuando pongo atención a quien mi rodea
y como un seminario, tomo notas, de cuándo y a qué hora registraste esa sonrisa
Me gusta la gente que camina y sonríe
Me gusta los que se quedan en silencio
También me gustan los que gritan mirándote a los ojos
Me gusta quién me motiva a buscar algo, lo que sea, algo más
Me gusta leer junto a otras personas que leen
y encontrarnos en esa burbuja delicada que es un viaje en letras
Me gusta sacar los pies por la ventana los domingos
y que el sol caliente mis dedos
Me gusta cuando me dicen un detalle en el cuál pusieron atención y yo no
y me muestro maravillada por lo vasto del mundo
Por lo vasto del otro, de los muchos otros
Me gusta sentir que quiero ser de tal o cuál manera
e imaginar que pasaría si llegase ese día
Me gusta tomar decisiones que pienso que serán eternas
y encontrarme semanas después cambiando de nuevo mi punto de vista
Me gusta equivocarme
Me gusta reconocer las cosas que han cambiado de mi
Me gusta que ahora siento miedo, porque significa que he experimentado
Me gusta pensar que hay canciones que fueron hechas para mi
y también personas, que nacieron con mis manos tatuadas en su pecho
personas que nacieron para que yo me maravillara de ellas
y que me encontraron para iluminar de noche
Me gusta enamorarme de mis amigos y de mi familia
y regalarles mi devoción y lealtad aún si no es requerida
Me gusta cortarme el cabello sola y pensar que es un acto de revolución interna
y salir victoriosa con cualquier resultado
pues no hay más vencedor que el autoreconocimiento
Me gusta que me guste mi cuerpo, mi cara y mis manos
Me gusta como se mueven mis dedos cuando escribo
y me gusta como me lloran los ojos si me conmuevo
Me gusta reírme de mí misma, con o sin testigos
Me gusta enamorarme de los detalles de una persona
sentir que soy ahora capaz de amar las imperfecciones que se construyen
en uno mismo
Me gusta atesorar algo de los demás: su piel en la luz esa mañana, algún gesto, alguna manera de mirarme o de tocar mi cara, tu reacción cuando te lleno de besos, un orgasmo incluso, un poema leído a un árbol.
Me gusta escribir y sentir esta calma, es de noche y escribo con el alma en reposo.
lunes, 15 de diciembre de 2014
domingo, 7 de diciembre de 2014
sábado, 6 de diciembre de 2014
Voilà
Recuerdo haber escrito "y nunca más me volveré a sentir avergonzada"
Estoy tan orgullosa... de que ha sido así, no volví a sentir vergüenza ni me disculpé nunca más.
"I believe that lovers should be chained together,
and thrown into a fire with their songs and letters,
and left there to burn, left there to burn in their arrogance."
Estoy tan orgullosa... de que ha sido así, no volví a sentir vergüenza ni me disculpé nunca más.
"I believe that lovers should be chained together,
and thrown into a fire with their songs and letters,
and left there to burn, left there to burn in their arrogance."
Eso lo puse en mayo, del 2011. Me cagaban las historias de amor.
Aún no había cambiado pedagogía por psicología y hablaba sobre niños internos que debemos sanar.
Te escribí una carta ese mismo mayo, en la cuál pensaba que ya era más "fría", pero no era esa la palabra.
En Junio aprendí algo que parece que ayer había olvidado "Yo necesito _________ pero si no me lo quieres dar no te voy a obligar porque no me perteneces." No pertenecemos a nadie, así como nadie nos pertenece, escribí eso a los 19 años, escribí "QUE CADA QUIEN SE HAGA CARGO DE SI MISMO" .
Cuando escribí sobre quién me gustaba a los 19 años puse "Quiero descansos y no quiero batallas." Al menos eso no ha cambiado, sigo evitando las batallas, cité a Víctor Hugo, lo recuerdo bien, fue la primera vez que escuché todo el Wounded Rhymes de Lykke Li. Aún me duele un poco leer mi octubre del 2011, leer tanta ilusión y después tanto sufrimiento por la ilusión que había muerto. Cité a Saramago con harta ironía.
Es muy raro leerme en tiempo pasado, apenas me reconozco, no encuentro una coherencia de crecimiento, encuentro ausencia, desaparición. He escrito por años del amor, porque era una de las claves que me daban felicidad, pero luego el amor expiró. Y yo quedé en blanco. Neutra, sin dolor, sin alegrías inmesas. Me quedé con el cotidiano "Te quiero", engañé y mentí sin remordimiento alguno, caí tan profundo que olvidé que la luz se encuentra sólo excavando.
Pizarnik es mi 2012.
No se me acabó el amor, simplemente no estaba preparada para entregar todo lo que soy a alguien más, ahora que ha pasado el tiempo lo entiendo, yo nunca quise el compromiso, quería sólo el amor, sólo eso y sin construcciones y contratos agregados. Yo no quería firmar, aún hoy no firmaría. Pero nunca pude externarlo, y de ahí se desató una ola inmensa de inestabilidades que me sacudieron de maneras que aún hoy resiento, tenía tanto miedo de que me retiraran el amor que ya "me había ganado" que preferí cerrar los labios y guardar palabras en cada plática. Compartir el camino era el sentimiento magnífico, y yo no quería recorrerlo sola.
Alguna vez en psicología hablamos de las relaciones de pareja, recuerdo que una frase en especial me hizo darme cuenta lo egoísta que he sido hacia mis parejas, por suerte, de nuevo hoy encontré la frase, decía: "Si me quieres te quiero, pero solo mientras estés conmigo. Si no estás conmigo, no te quiero. Eso no es amor." Me siento un poco obligada a responder ahora, logré cambiar algo de mayo del 2012 hasta hoy, 2014?
Yo sólo sé que se me enseñó a ser ave, a procurar el vuelo, con o sin compañeros.
Y quiero pensar que es mi manera de otorgarles libertad, a la vez que los dejo ir, y los saco de mí.
El 9 de agosto del 2012 tuve mi primer ataque de ansiedad.
El 14 de octubre el segundo.
Un año después el tercero.
2013. Lo quería tener todo, Jonas Mekas era mi 2013.
Recorrer las letras de años pasados ayuda mucho, al parecer.
Me siento bien.
Siento, que comprendo, al menos un poco más, porque estoy aquí ahora.
El 2014 llegó quizás demasiada abruptamente, nunca había fumado tanto, por suerte no hubieron ataques de ansiedad en este año, pero hubieron muchas lágrimas, mentí muchas veces por no tener el coraje de decir quien era ni qué quería.
En este año te perdí, jamás hubiera imaginado que el 2014 era nuestro último año.
Te mando un beso a la distancia, por telepatía te digo que extraño a la que conocí.
Falta cada vez menos.
Voy dejando atrás esos escritos, todos esos años, día tras día cambian un poco mis intereses y me convierto en esta otra persona, que ya no conocerás. Escribo más, de nuevo encuentro emocionante la pintura, me llenan de calma los fines de semana en que permanezco sola en mi ventana, despierto a veces con trinares, a veces con alarmas. Te convertirás en esta otra persona, que ya no conoceré.
No hay remordimiento, por este día concluyo con una nostalgia plena.
Te envío mi sonrisa a la distancia, te envío calma, amor y paciencia para todos los años que te quedan por vivir, por los años que no te veré, envío mi cariño a la persona que no conoceré, pero que, estoy segura hará sentir orgullosa a la que conocí.
Tenía 19 años, y vivía bajo el pensamiento de que me haría cargo de mí misma.
A los 23 lo tengo cada día menos claro, pero no lo olvido.
Lo escribo en un post-it, lo pego en mi cabecera, me hago cargo, me deshago de aquellas cosas que no necesito ver, trabajo aquellos sentimientos que potencialmente puedan ahogarme, hago a un lado los días en que mis pies no son sino toneladas inamovibles, lloro mis duelos, recopilo mis momentos de paz y por último, pienso en aquellos a quién amo, agradezco, pienso en ellos. Me enorgullezco de dar el corazón completo, a pesar de los años (que más que pesar, vuelan).
Esta vez estoy lista, no para dejar atrás los años, sino para empezar a cargarlos conmigo.
En este año te perdí, jamás hubiera imaginado que el 2014 era nuestro último año.
Te mando un beso a la distancia, por telepatía te digo que extraño a la que conocí.
Falta cada vez menos.
Voy dejando atrás esos escritos, todos esos años, día tras día cambian un poco mis intereses y me convierto en esta otra persona, que ya no conocerás. Escribo más, de nuevo encuentro emocionante la pintura, me llenan de calma los fines de semana en que permanezco sola en mi ventana, despierto a veces con trinares, a veces con alarmas. Te convertirás en esta otra persona, que ya no conoceré.
No hay remordimiento, por este día concluyo con una nostalgia plena.
Te envío mi sonrisa a la distancia, te envío calma, amor y paciencia para todos los años que te quedan por vivir, por los años que no te veré, envío mi cariño a la persona que no conoceré, pero que, estoy segura hará sentir orgullosa a la que conocí.
Tenía 19 años, y vivía bajo el pensamiento de que me haría cargo de mí misma.
A los 23 lo tengo cada día menos claro, pero no lo olvido.
Lo escribo en un post-it, lo pego en mi cabecera, me hago cargo, me deshago de aquellas cosas que no necesito ver, trabajo aquellos sentimientos que potencialmente puedan ahogarme, hago a un lado los días en que mis pies no son sino toneladas inamovibles, lloro mis duelos, recopilo mis momentos de paz y por último, pienso en aquellos a quién amo, agradezco, pienso en ellos. Me enorgullezco de dar el corazón completo, a pesar de los años (que más que pesar, vuelan).
Esta vez estoy lista, no para dejar atrás los años, sino para empezar a cargarlos conmigo.
lunes, 17 de noviembre de 2014
De repente, en una manera sutil, pero sumamente directa, llegan a mí estos sentimientos y estas reflexiones.
El día de hoy estuvo plagado de mis recuerdos de preparatoria.
Todo lo que veía, sentía y quería en ese momento.
Lo recuero bien, Paco seguía en mi vida pero no me causaba más dolor. Nino entraba como un cohete que parte a destiempo.
Lo recuerdo bien.
De repente, sutilmente llegó a mí una gran respuesta.
Nunca se ha tratado del amor, el amor que sentimos hacia otras personas tiene que ver mucho más con uno mismo que con el otro.
El amor es una extensión de la vida, y como tal, reflejo de la misma.
Yo no paré de amar, paré de vivir y en consecuencia mi amor se vino abajo, como un río que todo arrastra, así la vida lleva de paso todos los ámbitos que creíste controlabas.
De repente, a las 5:53 vienen a mi las respuestas.
Las personas no pueden ser jamás fracasos, sino únicamente procesos.
Espirales en constante movimiento.
Entiendo por este momento, y gracias a escuchar mi voz interna esta última semana, que no me abandonó nadie externo. Fui yo quien me abandoné.
Fui yo quién desde hace unos años dejé de levantarme a las 5 o a las 6 (o a las 7, 8 y 9), de poco en poco empecé a darme por vencida. No más francés, no más escuchar pájaros en las mañanas (eso se llama Gokotta, en sueco), no más atardeceres y amaneceres, entrar a bibliotecas desconocidas buscando poemas en árabe, no más Rilke, no más Faulkner, no más Pizarnik, no más poesía, no más llorar con libros, no más llorar con películas, no más el infarto dulce de un nuevo encuentro. Poco a poco me moría, y me mataba,
El día de hoy recordé mi preparatoria. No quise volver a ella, no me parece mi mejor época ni la añoro, la disfruté (sin duda) la amé, pero me gusta el hoy y el ahora, siempre ha sido, y siempre será de esta manera.
Por un momento me vi a mi misma en este gris que recorre su escala de azules y violetas tan rutinariamente, me vi siendo auto condescendiente, me vi en indiferencia al sentimiento propio, en evasión a la ruptura que tuve conmigo misma.
Por primera vez en mucho, mucho tiempo, me tomé un día para no evitarme, estuve conmigo.
Conmigo bebí cerveza, disfruté de un coro, pedí un cigarro y admiré el azul tan lindo del cielo, más tarde, sin pedir permiso alguno, subí a mi azotea, disfruté calladamente el atardecer y como el azul obscuro me envolvía, escuché los últimos trines de los pájaros diciendo las buenas noches, los grillos me hacían compañía, canté con el pecho ardiendo, con la voz ardiendo. Tomé el tiempo y por un momento le regalé mi olvido, disfruté mi comida como si hubiese sido la última.
Me recosté a reír con una comedia, después hablé en francés con mi hermano, reí, como hace mucho no reía, con suma sinceridad, con alegría que no da razones ni pide perdones, recordamos París con dos películas, bebimos vino a la salud de ese ciudad tan perfecta.
De repente estaba clara la respuesta.
Me amaba y me he olvidado, si algo he de reconquistar, será a mí misma.
No me detesto, eso no va conmigo, simplemente, como el amante desprevenido, caí en la trampa de creer que por una vez que me amara esto seguiría, pero no es así, tal como sucede con el otro sucede con uno mismo, sino no se procura, alimente y cuida el amor, no ha de perdurar ni en memoria ni en corazón.
Tomo mi último sorbo de vino, levanto la cara y seco mis lágrimas, lloro contento, de entender que soy mi verdugo tanto como soy mi alivio.
Tomo mi mano y la pongo en el centro de mi pecho, empiezo a caminar.
El día de hoy estuvo plagado de mis recuerdos de preparatoria.
Todo lo que veía, sentía y quería en ese momento.
Lo recuero bien, Paco seguía en mi vida pero no me causaba más dolor. Nino entraba como un cohete que parte a destiempo.
Lo recuerdo bien.
De repente, sutilmente llegó a mí una gran respuesta.
Nunca se ha tratado del amor, el amor que sentimos hacia otras personas tiene que ver mucho más con uno mismo que con el otro.
El amor es una extensión de la vida, y como tal, reflejo de la misma.
Yo no paré de amar, paré de vivir y en consecuencia mi amor se vino abajo, como un río que todo arrastra, así la vida lleva de paso todos los ámbitos que creíste controlabas.
De repente, a las 5:53 vienen a mi las respuestas.
Las personas no pueden ser jamás fracasos, sino únicamente procesos.
Espirales en constante movimiento.
Entiendo por este momento, y gracias a escuchar mi voz interna esta última semana, que no me abandonó nadie externo. Fui yo quien me abandoné.
Fui yo quién desde hace unos años dejé de levantarme a las 5 o a las 6 (o a las 7, 8 y 9), de poco en poco empecé a darme por vencida. No más francés, no más escuchar pájaros en las mañanas (eso se llama Gokotta, en sueco), no más atardeceres y amaneceres, entrar a bibliotecas desconocidas buscando poemas en árabe, no más Rilke, no más Faulkner, no más Pizarnik, no más poesía, no más llorar con libros, no más llorar con películas, no más el infarto dulce de un nuevo encuentro. Poco a poco me moría, y me mataba,
El día de hoy recordé mi preparatoria. No quise volver a ella, no me parece mi mejor época ni la añoro, la disfruté (sin duda) la amé, pero me gusta el hoy y el ahora, siempre ha sido, y siempre será de esta manera.
Por un momento me vi a mi misma en este gris que recorre su escala de azules y violetas tan rutinariamente, me vi siendo auto condescendiente, me vi en indiferencia al sentimiento propio, en evasión a la ruptura que tuve conmigo misma.
Por primera vez en mucho, mucho tiempo, me tomé un día para no evitarme, estuve conmigo.
Conmigo bebí cerveza, disfruté de un coro, pedí un cigarro y admiré el azul tan lindo del cielo, más tarde, sin pedir permiso alguno, subí a mi azotea, disfruté calladamente el atardecer y como el azul obscuro me envolvía, escuché los últimos trines de los pájaros diciendo las buenas noches, los grillos me hacían compañía, canté con el pecho ardiendo, con la voz ardiendo. Tomé el tiempo y por un momento le regalé mi olvido, disfruté mi comida como si hubiese sido la última.
Me recosté a reír con una comedia, después hablé en francés con mi hermano, reí, como hace mucho no reía, con suma sinceridad, con alegría que no da razones ni pide perdones, recordamos París con dos películas, bebimos vino a la salud de ese ciudad tan perfecta.
De repente estaba clara la respuesta.
Me amaba y me he olvidado, si algo he de reconquistar, será a mí misma.
No me detesto, eso no va conmigo, simplemente, como el amante desprevenido, caí en la trampa de creer que por una vez que me amara esto seguiría, pero no es así, tal como sucede con el otro sucede con uno mismo, sino no se procura, alimente y cuida el amor, no ha de perdurar ni en memoria ni en corazón.
Tomo mi último sorbo de vino, levanto la cara y seco mis lágrimas, lloro contento, de entender que soy mi verdugo tanto como soy mi alivio.
Tomo mi mano y la pongo en el centro de mi pecho, empiezo a caminar.
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Escuchar a Lafourcade me hace siempre sentir melancólica, en especial esas últimas que he repetido ya por meses.
"Que tú eres mi vida, que no quiero a nadie más que a ti"
Que cosa tan más bonita ¿No? Que alguien pueda sentir algo tan bello que no quiera a nadie más, y lo pueda decir en voz alta, aunque sea sólo en una canción.
Los días han pasado lentos, de pronto le temo al gris, que en otra ocasión había alabado, y ahora que lo pienso, creo que lo hice por miedo.
¿Quién no tendría miedo de ser otra cosa que no es sí mismo?
"Que tú eres mi cielo, todos mis consuelos..."
Que cosa tan magnífica es un beso. De esos que te recorren por dentro. Que te dejan temblando, y cuando abres los ojos el mundo pareciera otro.
He de confesar que soy de las que tiemblan, el cuerpo se me hace agua y se precipita en cuanto sabe que está sintiendo algo tan magnífico.
"Dale a mi boca la ilusión primera..."
He estado pensando, qué caso tendría llorar por algo que no me hizo temblar.
Algo que no anhelaba con toda mi energía, con cada suspiro, con arrebato único, me esforcé (aunque no demasiado) pero el esfuerzo no se traduce en deseo. Quizás no te deseaba.
Es fácil, sin embargo, que la desilusión nos empañe los ojos.
Ay, Alina, ay Shantal, ay, ay todos mis amores, todos mis besos, Paco, Alfredo, ¿Cuál era el nombre del rommie de Elías?, Nino, Axel, Ingrid, Alejandra, todos ustedes se han llevado mis besos, mis días de cielo vasto, también aquel geólogo del IPN que dejé en una fiesta, también besé con desespero al chico que le gustaba a mi mejor amiga en la secundaria, al amigo de mi mejor amigo en la preparatoria.
Que cosa tan magnífica es un beso, es una inscripción profunda en la historia de un otro.
No puedo sino verte de lejos y pensar que te llevaste un beso mío.
Bueno, malo, ebrio, sobrio, con desgana, con desamor, con apego, con obsesión, con dulzura, con ilusión tierna, con desapego, con nada más que furia.
Magnifica cosa es un beso.
"Porque llevas de rutina la caricia más divina, el amor acaba"
Los días han pasado lentos.
Las noches se hacen pequeñas y el insomnio lo he sobrevivido riendo con mi hermano.
He acordado salir en citas, algunas trágicas y otras más románticas.
Me esfuerzo por flotar encima del agua, pienso que el mar me espera.
Ahora sólo me quedan unos días (que me he dado a mí misma) y pienso pasarlos de la manera más mundana que encuentre. Me desharé por completo de este impasse.
"Que pague con diamantes, su pecado"
Lo dejaré poco a poco con las horas. Por momentos siento el desespero de recuperar todo lo que tenía, toda esa alegría, pero por ahora me doy licencia.
Respiro, a las 4 am (cuando menos me deja dormir el insomnio) sonrío.
A las 4:01 cierro los ojos, levanto las manos y y respiro.
No soy más que un viaje en bicicleta. Pienso a veces que me gustaría poner lo pies y descansar, pero en cambio sólo bajo el ritmo, tomo el camino más verde... y sigo pedaleando.
"Que tú eres mi vida, que no quiero a nadie más que a ti"
Que cosa tan más bonita ¿No? Que alguien pueda sentir algo tan bello que no quiera a nadie más, y lo pueda decir en voz alta, aunque sea sólo en una canción.
Los días han pasado lentos, de pronto le temo al gris, que en otra ocasión había alabado, y ahora que lo pienso, creo que lo hice por miedo.
¿Quién no tendría miedo de ser otra cosa que no es sí mismo?
"Que tú eres mi cielo, todos mis consuelos..."
Que cosa tan magnífica es un beso. De esos que te recorren por dentro. Que te dejan temblando, y cuando abres los ojos el mundo pareciera otro.
He de confesar que soy de las que tiemblan, el cuerpo se me hace agua y se precipita en cuanto sabe que está sintiendo algo tan magnífico.
"Dale a mi boca la ilusión primera..."
He estado pensando, qué caso tendría llorar por algo que no me hizo temblar.
Algo que no anhelaba con toda mi energía, con cada suspiro, con arrebato único, me esforcé (aunque no demasiado) pero el esfuerzo no se traduce en deseo. Quizás no te deseaba.
Es fácil, sin embargo, que la desilusión nos empañe los ojos.
Ay, Alina, ay Shantal, ay, ay todos mis amores, todos mis besos, Paco, Alfredo, ¿Cuál era el nombre del rommie de Elías?, Nino, Axel, Ingrid, Alejandra, todos ustedes se han llevado mis besos, mis días de cielo vasto, también aquel geólogo del IPN que dejé en una fiesta, también besé con desespero al chico que le gustaba a mi mejor amiga en la secundaria, al amigo de mi mejor amigo en la preparatoria.
Que cosa tan magnífica es un beso, es una inscripción profunda en la historia de un otro.
No puedo sino verte de lejos y pensar que te llevaste un beso mío.
Bueno, malo, ebrio, sobrio, con desgana, con desamor, con apego, con obsesión, con dulzura, con ilusión tierna, con desapego, con nada más que furia.
Magnifica cosa es un beso.
"Porque llevas de rutina la caricia más divina, el amor acaba"
Los días han pasado lentos.
Las noches se hacen pequeñas y el insomnio lo he sobrevivido riendo con mi hermano.
He acordado salir en citas, algunas trágicas y otras más románticas.
Me esfuerzo por flotar encima del agua, pienso que el mar me espera.
Ahora sólo me quedan unos días (que me he dado a mí misma) y pienso pasarlos de la manera más mundana que encuentre. Me desharé por completo de este impasse.
"Que pague con diamantes, su pecado"
Lo dejaré poco a poco con las horas. Por momentos siento el desespero de recuperar todo lo que tenía, toda esa alegría, pero por ahora me doy licencia.
Respiro, a las 4 am (cuando menos me deja dormir el insomnio) sonrío.
A las 4:01 cierro los ojos, levanto las manos y y respiro.
No soy más que un viaje en bicicleta. Pienso a veces que me gustaría poner lo pies y descansar, pero en cambio sólo bajo el ritmo, tomo el camino más verde... y sigo pedaleando.
domingo, 9 de noviembre de 2014
Adéu. Hasta pronto, te quedas en pequeñas piedras y en pequeñas hormigas, buscarás desde ahora en el crepúsculo tus caricias.
Meva. Mía te llamaba, pero mía no podrías haber sido, criatura tierna, llena de luz blanca. Apenas entendida, apenas vislumbrada.
Ultima. Finita, aquella sensación, lejano el día en que por primera vez te sostenía. Dejaste en mis brazos el recuerdo de tu peso.
Llum. Como estela viajabas, de aquí hasta la luna, llegabas en brincos a tu último destino. Regalaste a mis brazos tú último suspiro, regalé a tu alma mi última luz. Mi Alba.
Meva. Mía te llamaba, pero mía no podrías haber sido, criatura tierna, llena de luz blanca. Apenas entendida, apenas vislumbrada.
Ultima. Finita, aquella sensación, lejano el día en que por primera vez te sostenía. Dejaste en mis brazos el recuerdo de tu peso.
Llum. Como estela viajabas, de aquí hasta la luna, llegabas en brincos a tu último destino. Regalaste a mis brazos tú último suspiro, regalé a tu alma mi última luz. Mi Alba.
jueves, 6 de noviembre de 2014
Esta es la última vez que te escribo.
Esta es la última vez que te escribo.
Te escribo para dejar en las teclas las llamas que cargan mis dedos.
Las llamas que cargo en mi pecho.
Te escribo, por última vez para vaciar un mínimo de lo muy, muy enojada que estoy.
Estoy bastante enojada, y estoy bastante harta.
De tu tibieza.
De tu pretexto para el desapego.
Carajo, llevas a penas 4 meses conmigo, 3 si somos sinceras y ya no lo soporto.
Es como hablarle a la pared esperando respuesta.
Debo ser sincera y acotar, que no es tu estado el que me enoja.
No es acaso tu depresión/confusión/masoquismo/desesperación e inmadurez las que me enervan,
sino tu tibieza, tu falta de coraje para decir las cosas.
Es que me enoja que no seas sincera.
Que te escondas tras un muro para poder decir a cuenta gotas lo que en verdad piensas o sientes.
Que no aprendas que hay mundo delante de ti misma.
Que no veas que hay alguien delante de ti. Que estoy yo ahí en frente.
Que me echaste así como así de tu vida, que no abriste los ojos por dos semanas, aunque yo te lo pidiera. Que te perdiste un lunes en que te necesitaba, un martes que lloré incesante, un miércoles que te recordé hora tras hora, un jueves en que aventaba felicidad al aire, un viernes en que nadie sostenía mi mano. Te perdiste de todos los momentos en que dijiste que estarías.
Me perdiste, desde la primera semana me perdiste, la segunda, bueno, ya sólo solté las palabras que tú no dirías.
Descanso.
Es esta la última vez que te escribo.
No soy niñera. No soy monje. No tengo una paciencia de santo, y sobre todo, bajo ninguna circunstancia, permito que mis sentimientos estén al borde por alguien a quién poco le importa el estado de los mismos.
Jamás alguien me había hecho sentir tan poco querida.
Se que no es tu intención, pero la ignorancia no exime responsabilidades.
Ignorante te aislaste, ignorante te dejo.
Te dejo.
Estoy enojada, sobre todo, porque me dueles, y porque evidentemente confié en ti.
Me tenías en tus manos, y decidiste cerrarlas.
Te escribo para dejar en las teclas las llamas que cargan mis dedos.
Las llamas que cargo en mi pecho.
Te escribo, por última vez para vaciar un mínimo de lo muy, muy enojada que estoy.
Estoy bastante enojada, y estoy bastante harta.
De tu tibieza.
De tu pretexto para el desapego.
Carajo, llevas a penas 4 meses conmigo, 3 si somos sinceras y ya no lo soporto.
Es como hablarle a la pared esperando respuesta.
Debo ser sincera y acotar, que no es tu estado el que me enoja.
No es acaso tu depresión/confusión/masoquismo/desesperación e inmadurez las que me enervan,
sino tu tibieza, tu falta de coraje para decir las cosas.
Es que me enoja que no seas sincera.
Que te escondas tras un muro para poder decir a cuenta gotas lo que en verdad piensas o sientes.
Que no aprendas que hay mundo delante de ti misma.
Que no veas que hay alguien delante de ti. Que estoy yo ahí en frente.
Que me echaste así como así de tu vida, que no abriste los ojos por dos semanas, aunque yo te lo pidiera. Que te perdiste un lunes en que te necesitaba, un martes que lloré incesante, un miércoles que te recordé hora tras hora, un jueves en que aventaba felicidad al aire, un viernes en que nadie sostenía mi mano. Te perdiste de todos los momentos en que dijiste que estarías.
Me perdiste, desde la primera semana me perdiste, la segunda, bueno, ya sólo solté las palabras que tú no dirías.
Descanso.
Es esta la última vez que te escribo.
No soy niñera. No soy monje. No tengo una paciencia de santo, y sobre todo, bajo ninguna circunstancia, permito que mis sentimientos estén al borde por alguien a quién poco le importa el estado de los mismos.
Jamás alguien me había hecho sentir tan poco querida.
Se que no es tu intención, pero la ignorancia no exime responsabilidades.
Ignorante te aislaste, ignorante te dejo.
Te dejo.
Estoy enojada, sobre todo, porque me dueles, y porque evidentemente confié en ti.
Me tenías en tus manos, y decidiste cerrarlas.
sábado, 25 de octubre de 2014
Quizás el amor no es más que la idealización del cariño, pero al fin idealización.
El cariño existe, pero las relaciones no pueden estar basadas en amor que no existe o en cariño que sobra, estamos llenos de complejidades y el acercarnos a ellas sólo podría lograrse mediante un único método, el método intuitivo y acumulativo de experiencias y de entendimiento complejo del mundo.
¿De qué están hechos los años, al fin y al cabo?
No de días. Lo tengo seguro.
¿De qué están hechos los años?
Mis años están hechos del recuerdo que tengo de tu sonrisa.
De aquel día del primer beso, de los temblores en el pasto.
De la plática especial en el transporte público, del dolor que nos causamos, de la conexión que juro por un momento era tangible. De ti.
Te quiero.
Es esto el cariño.
Te quiero.
Estás llena de pequeñas complejidades, de dulzura infantil, tus palabras son como caramelos y tus recuerdos me dibujan un bosquejo de lo que eres/eras/serás, tan sólo un bosquejo.
Cuando ríes conmigo me parece que me estuviera siendo otorgado un trofeo.
Y cuando reímos con el mundo siento que soy algo más que afortunada, soy contigo.
Me gusta cuando en silencio nos recostamos a escuchar tus latidos.
Me gusta tu arritmia, me gusta cada lunar de tu cuerpo.
Me gusta quitarte la ropa, jamás me gusta ponértela. Me gusta que seas suave.
Y me gusta cuando temblando, me dices qué no te gusta.
Me gusta el coraje que tienes, porque atraviesa tus temores, porque atraviesa tus temores.
Los deja atrás y aunque las palabras que salgan sean pocas, las dices con parrhesía.
Me gusta que tus dibujos gritan lo que a veces callas.
Me gusta que te importen los detalles. Me gusta, mi amor, que estés llena de complejidades.
Porque jamás entenderé tu todo.
Porque jamás estaré cerca de predecir tu siguiente paso.
Cuando miras el mañana lo haces con miedo, pero eso no te detiene a seguir caminando.
Eres fiera cuando en ti crees.
Eres tormenta cuando el mundo ha estado en sequía.
Eres aroma y sensación dulce, querida mía.
Mis años se componen de tus recuerdos, de las veces que he tomado tu mano.
Mis días no amanecen hasta que me buscas, entonces el alba nace y eres esperanza tierna de todo lo que proceda.
Eres excepcional. Constructo único de peripecias.
Una cartografía de la verdadera afectividad humana.
No eres un reto sino una invitación. Podría quedarme a tu lado ¿Te quedarías?
El cariño existe, pero las relaciones no pueden estar basadas en amor que no existe o en cariño que sobra, estamos llenos de complejidades y el acercarnos a ellas sólo podría lograrse mediante un único método, el método intuitivo y acumulativo de experiencias y de entendimiento complejo del mundo.
¿De qué están hechos los años, al fin y al cabo?
No de días. Lo tengo seguro.
¿De qué están hechos los años?
Mis años están hechos del recuerdo que tengo de tu sonrisa.
De aquel día del primer beso, de los temblores en el pasto.
De la plática especial en el transporte público, del dolor que nos causamos, de la conexión que juro por un momento era tangible. De ti.
Te quiero.
Es esto el cariño.
Te quiero.
Estás llena de pequeñas complejidades, de dulzura infantil, tus palabras son como caramelos y tus recuerdos me dibujan un bosquejo de lo que eres/eras/serás, tan sólo un bosquejo.
Cuando ríes conmigo me parece que me estuviera siendo otorgado un trofeo.
Y cuando reímos con el mundo siento que soy algo más que afortunada, soy contigo.
Me gusta cuando en silencio nos recostamos a escuchar tus latidos.
Me gusta tu arritmia, me gusta cada lunar de tu cuerpo.
Me gusta quitarte la ropa, jamás me gusta ponértela. Me gusta que seas suave.
Y me gusta cuando temblando, me dices qué no te gusta.
Me gusta el coraje que tienes, porque atraviesa tus temores, porque atraviesa tus temores.
Los deja atrás y aunque las palabras que salgan sean pocas, las dices con parrhesía.
Me gusta que tus dibujos gritan lo que a veces callas.
Me gusta que te importen los detalles. Me gusta, mi amor, que estés llena de complejidades.
Porque jamás entenderé tu todo.
Porque jamás estaré cerca de predecir tu siguiente paso.
Cuando miras el mañana lo haces con miedo, pero eso no te detiene a seguir caminando.
Eres fiera cuando en ti crees.
Eres tormenta cuando el mundo ha estado en sequía.
Eres aroma y sensación dulce, querida mía.
Mis años se componen de tus recuerdos, de las veces que he tomado tu mano.
Mis días no amanecen hasta que me buscas, entonces el alba nace y eres esperanza tierna de todo lo que proceda.
Eres excepcional. Constructo único de peripecias.
Una cartografía de la verdadera afectividad humana.
No eres un reto sino una invitación. Podría quedarme a tu lado ¿Te quedarías?
¿De qué están hechos los años, cariño?
Creo que de lejanías.
A veces, cuando duermes a mi lado, me siento sumamente vacía, vacía y dichosa de tenerte conmigo, pero vacía al fin y al cabo, porque sé que pasaría si decidiéramos partir en dos caminos que no se tocan.
No pasaría nada.
¿Es eso el cariño? Te quiero, te quiero tan sinceramente que jamás voy a necesitarte.
¿Por qué te quedarías?
jueves, 9 de octubre de 2014
No es fácil reacomodar la vida
Un simple calendario no basta
Porque no es fácil reacomodar la vida
No es fácil rehacer tus horarios, escribir tus intenciones.
Empezar de nuevo.
Acoplarte a esto, al otro, acoplarte a otro.
No es fácil decir: "Ya sé a dónde voy."
y que la vida transcurra tan igual como había estado.
Estoy triste, justo ahora mientras escribo, estoy bastante triste.
Ayer platicando las únicas palabras en mi mente eran "me siento gris"
No azul, menos aún escarlata.
Gris.
Y pensé por un momento, que si el gris es la indeterminación,
estoy entonces en la cima del mundo.
¡Al fin me siento gris! debí haber gritado
¡AL FIN!
Después de tantas certezas y tanto orgullo, de tantas letras y tanto trabajo en uno mismo.
Después de los años en psicología, de abogar por los colores claros.
Al fin, después de tanto tiempo, me siento gris.
Y es magnífico. Porque del gris uno va a donde quiera.
Abrazo el color que está a la mitad de todas las escalas.
Abrazo la falta de luz (pero no en demasía), así el gris.
Sin huir. Sin el negro saturado.
No es fácil decir "Sé a dónde voy, por eso tengo que ser gris ahora"
Menos fácil aún tratar de comunicarlo y pedir paciencia para ello.
Estoy triste en este momento, pero no por mi cambio de tono.
Estoy triste porque sé a dónde voy. Y sé qué debo dejar atrás.
Porque me duele la ausencia que apenas siento y que sé que incrementará.
Me duele que no estés aquí y ahora, pero sé que eso con el tiempo será un definitivo.
No estarás en el aquí ni en el ahora del mañana.
El mañana llegará en meses y quizás años.
Pero después de todo, uno en el gris ve bien los claros y ve bien los negros.
Sé a dónde voy, y quisiera no saberlo.
Un simple calendario no basta
Porque no es fácil reacomodar la vida
No es fácil rehacer tus horarios, escribir tus intenciones.
Empezar de nuevo.
Acoplarte a esto, al otro, acoplarte a otro.
No es fácil decir: "Ya sé a dónde voy."
y que la vida transcurra tan igual como había estado.
Estoy triste, justo ahora mientras escribo, estoy bastante triste.
Ayer platicando las únicas palabras en mi mente eran "me siento gris"
No azul, menos aún escarlata.
Gris.
Y pensé por un momento, que si el gris es la indeterminación,
estoy entonces en la cima del mundo.
¡Al fin me siento gris! debí haber gritado
¡AL FIN!
Después de tantas certezas y tanto orgullo, de tantas letras y tanto trabajo en uno mismo.
Después de los años en psicología, de abogar por los colores claros.
Al fin, después de tanto tiempo, me siento gris.
Y es magnífico. Porque del gris uno va a donde quiera.
Abrazo el color que está a la mitad de todas las escalas.
Abrazo la falta de luz (pero no en demasía), así el gris.
Sin huir. Sin el negro saturado.
No es fácil decir "Sé a dónde voy, por eso tengo que ser gris ahora"
Menos fácil aún tratar de comunicarlo y pedir paciencia para ello.
Estoy triste en este momento, pero no por mi cambio de tono.
Estoy triste porque sé a dónde voy. Y sé qué debo dejar atrás.
Porque me duele la ausencia que apenas siento y que sé que incrementará.
Me duele que no estés aquí y ahora, pero sé que eso con el tiempo será un definitivo.
No estarás en el aquí ni en el ahora del mañana.
El mañana llegará en meses y quizás años.
Pero después de todo, uno en el gris ve bien los claros y ve bien los negros.
Sé a dónde voy, y quisiera no saberlo.
domingo, 28 de septiembre de 2014
sábado, 30 de agosto de 2014
Mi querida Shantal:
No te alejes del centro de mi pecho, no me hagas sentir tu ausencia.
Pequeña, no eres pequeña, eran grande, tan grande que me cabes en el pecho.
Te quiero, de qué manera he de escribirlo?
Te quiero es una palabra que no me alcanza.
¿Acaso no puedes verlo?
Tu conociste mi alma, me diste la tuya, te quiero porque te veo.
Porque fuiste transparente y sincera. No me olvido de ti, ni un momento.
Porque te quiero, como sólo a ti podría quererte.
Porque vivimos llenas de luz, cuando el mundo recetaba apatía y oscuridad.
¿Habrá una manera de llegar a ti, estando yo tan lejos?
Me haces feliz, te quiero cerca, y sobre todo, estás dentro de mí.
Te quiero, te quiero, te quiero.
Te quiero.
Sé que por ahora puede significar nada para ti porque estoy con alguien más.
Pero no te fijes en con quién estoy ahora, por favor, no escudriñes los detalles ni compares como soy con como era, no compares, por favor, la relación que tengo con la que tuvimos, nada de lo que siento ahora cambia lo que sentía contigo, lo que vivimos, nada tiene que ver mi enamoramiento con lo que construimos.
Para mi son cosas distanciadas, te adoro, en serio te adoro, adoro tu alma, adoro tu fuerza, adoro que por muy cansada que estés de la vida sabes tender tu mano a alguien más, te veo, te conozco, y carajo, te adoro.
Eres en mi, y quiero ser contigo.
Si te alejas y decides dejarme atrás, he de vivir con ello.
Sólo ten la amabilidad de compartirme ese pensamiento, pues preferiría saberlo que esperar por ti con este dolor en el pecho, que es ciertamente pura tortura.
No quiero que mi vida siga su camino sin ti, te quiero dentro de ella, siempre será así.
Pero sabes que no soy de las que buscan, en cambio, soy de las que esperan.
Y podría esperar por esta amistad, por ese lazo único que hemos creado en casi 3 años, por mi equipo, por mi amiga, por mi compañera de trabajo, de vida, por aquella a la que le cuento mi día y sabe ver las luces dentro de mis historias. Podría esperar por ti lo que quisieras.
¿Pero y si no volvieras?
No me dejes con este dolor en el pecho, que ciertamente es tortura.
No te alejes del centro de mi pecho, no me hagas sentir tu ausencia.
Pequeña, no eres pequeña, eran grande, tan grande que me cabes en el pecho.
Te quiero, de qué manera he de escribirlo?
Te quiero es una palabra que no me alcanza.
¿Acaso no puedes verlo?
Tu conociste mi alma, me diste la tuya, te quiero porque te veo.
Porque fuiste transparente y sincera. No me olvido de ti, ni un momento.
Porque te quiero, como sólo a ti podría quererte.
Porque vivimos llenas de luz, cuando el mundo recetaba apatía y oscuridad.
¿Habrá una manera de llegar a ti, estando yo tan lejos?
Me haces feliz, te quiero cerca, y sobre todo, estás dentro de mí.
Te quiero, te quiero, te quiero.
Te quiero.
Sé que por ahora puede significar nada para ti porque estoy con alguien más.
Pero no te fijes en con quién estoy ahora, por favor, no escudriñes los detalles ni compares como soy con como era, no compares, por favor, la relación que tengo con la que tuvimos, nada de lo que siento ahora cambia lo que sentía contigo, lo que vivimos, nada tiene que ver mi enamoramiento con lo que construimos.
Para mi son cosas distanciadas, te adoro, en serio te adoro, adoro tu alma, adoro tu fuerza, adoro que por muy cansada que estés de la vida sabes tender tu mano a alguien más, te veo, te conozco, y carajo, te adoro.
Eres en mi, y quiero ser contigo.
Si te alejas y decides dejarme atrás, he de vivir con ello.
Sólo ten la amabilidad de compartirme ese pensamiento, pues preferiría saberlo que esperar por ti con este dolor en el pecho, que es ciertamente pura tortura.
No quiero que mi vida siga su camino sin ti, te quiero dentro de ella, siempre será así.
Pero sabes que no soy de las que buscan, en cambio, soy de las que esperan.
Y podría esperar por esta amistad, por ese lazo único que hemos creado en casi 3 años, por mi equipo, por mi amiga, por mi compañera de trabajo, de vida, por aquella a la que le cuento mi día y sabe ver las luces dentro de mis historias. Podría esperar por ti lo que quisieras.
¿Pero y si no volvieras?
No me dejes con este dolor en el pecho, que ciertamente es tortura.
sábado, 2 de agosto de 2014
Hoy no escribiré lo que soy, sino lo que siento.
Y lo que siento es que hay vida.
Vida y luz.
Más allá de mi más grande tristeza (la cuál aún no llega)
Hay tantos colores en el cielo, no es eso magnífico?
Los mejores matices los he visto entre nubes.
Entre árboles, plantas y pájaros.
Hay vida y hay luz más allá de nuestra existencia.
Hoy tengo cuidado en más cosas.
Ya no suelo escuchar aves cuando despierto, pero en el transcurso del día me aseguro de buscarlas.
Puedo tocar una corteza igual que un pico.
Puedo escuchar, el viento, el mar a 300 km de mí.
Siempre vivos.
Siempre en naranja los atardeceres.
Siempre en azul mis sueños.
Y lo que siento es que hay vida.
Vida y luz.
Más allá de mi más grande tristeza (la cuál aún no llega)
Hay tantos colores en el cielo, no es eso magnífico?
Los mejores matices los he visto entre nubes.
Entre árboles, plantas y pájaros.
Hay vida y hay luz más allá de nuestra existencia.
Hoy tengo cuidado en más cosas.
Ya no suelo escuchar aves cuando despierto, pero en el transcurso del día me aseguro de buscarlas.
Puedo tocar una corteza igual que un pico.
Puedo escuchar, el viento, el mar a 300 km de mí.
Siempre vivos.
Siempre en naranja los atardeceres.
Siempre en azul mis sueños.
miércoles, 30 de julio de 2014
El viaje
Tengo la necesidad de escribir.
No sé cuantas veces este pequeño acto me ha salvado de mí misma.
Ya va, ya va.
Eres fría.
Cuando cometo un error, eres fría.
Y me duele mucho.
No hay más comunicado.
He empezado a notar, que 6 años me esperaste pero en el ahora no cumplo tus expectativas.
Necesito que te des cuenta que soy una persona completa
y no una ilusión, no quiero ser el sueño cumplido, quiero ser el sueño vivido.
Quizás después de todo, uno se da cuenta que no hay cuentos perfectos,
por mi parte era ya sabido, asimilado y superado.
De mi parte existe el esfuerzo y las ganas de estar contigo.
El gesto de cariño al despertar y mi admiración entregada.
De mi parte existe la acción, el intento y el esfuerzo.
Cariño, sé que me estás alejando (y dejando). Y no entiendo el por qué.
No sé cuantas veces este pequeño acto me ha salvado de mí misma.
Ya va, ya va.
Eres fría.
Cuando cometo un error, eres fría.
Y me duele mucho.
No hay más comunicado.
He empezado a notar, que 6 años me esperaste pero en el ahora no cumplo tus expectativas.
Necesito que te des cuenta que soy una persona completa
y no una ilusión, no quiero ser el sueño cumplido, quiero ser el sueño vivido.
Quizás después de todo, uno se da cuenta que no hay cuentos perfectos,
por mi parte era ya sabido, asimilado y superado.
De mi parte existe el esfuerzo y las ganas de estar contigo.
El gesto de cariño al despertar y mi admiración entregada.
De mi parte existe la acción, el intento y el esfuerzo.
Cariño, sé que me estás alejando (y dejando). Y no entiendo el por qué.
sábado, 19 de julio de 2014
Tienes un encanto
desconozco si sea general o particular,
pero te escribo apenas hoy
lo que te quise escribir en ese entonces.
Me tienes en encanto.
Y te puedo encontrar entre letras fácilmente.
En mis pensamientos habita tu mirada, siempre corta.
Tienes encanto. Y cuando apareces siento que algún día deberé decirte
lo que he evitado pensar desde que escuché
tu risa.
Eres un anhleo.
Un invierno en el que encendías mi corazón.
Una sonrisa que dibujo en mi mente cuando te escucho reír a muchos kilómetros de mi.
Aún no te cruzas por completo en mi camino
pero
espero algún día
suceda.
He querido tomar tu mano.
martes, 15 de julio de 2014
Soy el impulso que mueve un músculo.
El segundo en que cambia la vida.
Un tercio de esperanza, otro de espera y uno más de audacia.
Soy el sentir del sentir del mundo ya rebasado, ya antes sentido, ya superado.
Soy una calle y una avenida.
Una tienda abierta en medio del pueblo.
La sonrisa del niño que mira apenas por primera vez la primavera y después en otoño reza
porque las flores tengan una segunda oportunidad.
Soy una flama, un segundo.
Un instante de vida.
Un atardecer en Florencia. Soy el viaje más corto del mundo.
Un tren que llega apenas en tiempo.
Soy lo que quise ser en otras vidas.
Y sobre todo la vida...
Soy la vida, que me aguarda instantes de sosiego en cada esquina.
El segundo en que cambia la vida.
Un tercio de esperanza, otro de espera y uno más de audacia.
Soy el sentir del sentir del mundo ya rebasado, ya antes sentido, ya superado.
Soy una calle y una avenida.
Una tienda abierta en medio del pueblo.
La sonrisa del niño que mira apenas por primera vez la primavera y después en otoño reza
porque las flores tengan una segunda oportunidad.
Soy una flama, un segundo.
Un instante de vida.
Un atardecer en Florencia. Soy el viaje más corto del mundo.
Un tren que llega apenas en tiempo.
Soy lo que quise ser en otras vidas.
Y sobre todo la vida...
Soy la vida, que me aguarda instantes de sosiego en cada esquina.
Hoy me he despertado de lo peor.
Sentido de lo peor.
Fingido hasta la punta de los dedos.
Hoy es el último día que soporto esto.
Ayer un único pensamiento acechaba mi mente:
Yo no nací para amar. Y no sirvo para ello.
No me sé entregar.
No me sé arrojar al vacío por amar.
No se hacerlo y quizás ni me interese aprenderlo.
Escribo todo esto con los dedos llenos de quemaduras.
Dos moretones me lo recuerdan día y noche.
Las noches son las peores.
Carajo. Carajo y las quemaduras.
La rabia, es la peor, las noches y ese pensamiento.
Eres el constante recuerdo de mi derrota y no se sí te es
placentero serlo o simplemente no te das cuenta.
También tú me lastimas. También tú tienes ese poder sobre mi y no lo mides ni lo tratas con tacto.
Publicas y me hieres. Escribes y me hieres.
Acaso eres tú la única con derecho a sufrir ese fracaso de relación?
Soy un papel en blanco al cual no se le permite escribir su historia, sea la vieja o la nueva.
Hoy he amanecido de lo peor.
Llagas en los brazos.
Las quemaduras del cigarro.
Los moretones.
El pensamiento que no me deja en paz ni un segundo.
No se sentir un amor desmedido.
"Soy sólo el intento..."
Y te aseguras de recordármelo diario.
También yo he llorado, mujer.
También me ha costado un duelo perderte.
También yo siento el dolor, la frustración y el vacío en el pecho.
Nada me da calma.
A la chingada todo, he decidido hoy.
A la chingada.
Merezco ser más que el intento.
Merezco la oportunidad de ir por ello.
Soy más que los fracasos que me siguen en caravana.
Soy más que la relación que no pude salvar.
Siento más que lo que haces parecer y no tengo por que
soportar ser juzgada ni ser expuesta como el verdugo.
No eres víctima.
Ni yo dicté sentencia.
Y me voy a la chingada, gracias por todo.
Sentido de lo peor.
Fingido hasta la punta de los dedos.
Hoy es el último día que soporto esto.
Ayer un único pensamiento acechaba mi mente:
Yo no nací para amar. Y no sirvo para ello.
No me sé entregar.
No me sé arrojar al vacío por amar.
No se hacerlo y quizás ni me interese aprenderlo.
Escribo todo esto con los dedos llenos de quemaduras.
Dos moretones me lo recuerdan día y noche.
Las noches son las peores.
Carajo. Carajo y las quemaduras.
La rabia, es la peor, las noches y ese pensamiento.
Eres el constante recuerdo de mi derrota y no se sí te es
placentero serlo o simplemente no te das cuenta.
También tú me lastimas. También tú tienes ese poder sobre mi y no lo mides ni lo tratas con tacto.
Publicas y me hieres. Escribes y me hieres.
Acaso eres tú la única con derecho a sufrir ese fracaso de relación?
Soy un papel en blanco al cual no se le permite escribir su historia, sea la vieja o la nueva.
Hoy he amanecido de lo peor.
Llagas en los brazos.
Las quemaduras del cigarro.
Los moretones.
El pensamiento que no me deja en paz ni un segundo.
No se sentir un amor desmedido.
"Soy sólo el intento..."
Y te aseguras de recordármelo diario.
También yo he llorado, mujer.
También me ha costado un duelo perderte.
También yo siento el dolor, la frustración y el vacío en el pecho.
Nada me da calma.
A la chingada todo, he decidido hoy.
A la chingada.
Merezco ser más que el intento.
Merezco la oportunidad de ir por ello.
Soy más que los fracasos que me siguen en caravana.
Soy más que la relación que no pude salvar.
Siento más que lo que haces parecer y no tengo por que
soportar ser juzgada ni ser expuesta como el verdugo.
No eres víctima.
Ni yo dicté sentencia.
Y me voy a la chingada, gracias por todo.
lunes, 14 de julio de 2014
jueves, 3 de julio de 2014
Lo que acaso se les escapa es que no pueden saber como me siento.
No es que no me interese, no es que me de lo mismo si ella sufre o no, simplemente
soy lo suficientemente madura para saber que si tomé una decisión, debo estar preparada para sus consecuencias.
There's always a price, and i'm willing to pay.
No es que no me interese, no es que me de lo mismo si ella sufre o no, simplemente
soy lo suficientemente madura para saber que si tomé una decisión, debo estar preparada para sus consecuencias.
There's always a price, and i'm willing to pay.
miércoles, 25 de junio de 2014
Amanecer siendo ave para comer de tu mano, mas emprender el vuelo con libertad intacta.
Con los años han quedado en mi ciertos aprendizajes, que he guardado celosamente y con temor.
Resulta que no es tan fácil ser quién es uno.
Sentir como se te da la gana sentir, ir a dónde se te da la gana ir.
Afección.
No siento culpa.
Nivelar la voz, abrir bien los ojos. Dejarte ir.
Respetar mi proceso, respetar el tuyo.
¿Cómo puedes estar con alguien, sea ya un sólo día, sin lastimarlo?
"El dolor es obligatorio, el sufrimiento opcional" eso me enseñó mi hermano, que le enseñaron a él alguna vez en un equipo de básquetbol.
Aquí va la verdad. Nunca seré de una persona porque vivo enamorada del mundo.
Y esto es lo que he aprendido sobre mí misma. Allí radica mi ser, en el mundo, en el todo, nunca en el uno.
Quiero tomar manos, mirar cielos, desnudar cada alma de la que me he enamorado.
Pienso en alguien más, no importa después de cuántos meses siempre pienso en alguien más, pienso en que quiero besar y tomar manos, en que quiero compartir lluvias y destiempos, miradas y momentos.
Quiero aprender de los cuerpos.
Pienso en todas las personas que me han tocado, rozado apenas.
Aún resuenan tus palabras en mi cabeza, recitas esa frase casi condenando.
Nada será suficiente para atarme a un lugar seguro, un sentimiento conocido, una zona resguardada, mi trinchera. Eso eras, mi trinchera, mi escudo contra el mundo.
He salido.
sábado, 24 de mayo de 2014
Es un intento
Llevo casi 3 años amando.
A la misma persona, día tras días, amando.
¿No les parece irracional, exhaustivo?
Natural no es, lo siento y lo pienso y no es.
Simplemente no.
Y aquí sigo, cómo, me pregunto yo.
¿Cómo sigo?
Innumerables veces he querido parar, innumerables veces también he fallado,
mentido, engañado, dicho que sí cuando quería decir que no.
¿Por qué jamás he dicho que no?
Porque amo.
Porque entiendo en días como hoy, que amo, más allá de mi misma, amo.
Más allá de todas las mentiras que he dicho con tal de no perderme.
Más allá de todas la veces que he sabido que necesito soledad y no compañía.
Más allá de mi misma, te amo.
Y por meses y años lo he hecho, cada día que pasa te amo.
Y por más que huya, por más que te aleje, que grite, me desespere, que me aisle o
me quiebre.
Amo.
Y es lo más importante que aprendido.
Amo y dejo que me ames, que créeme no es tarea fácil.
No es fácil saberse amado, no es fácil para mi llevar la felicidad de alguien más en mis hombros,
saber que tengo el poder de lastimarte, conocerte tanto que cada decisión mía incluya ya tu consejo, sin antes siquiera haberlo preguntado.
No es fácil entender que uno es digno que lo amen, aceptarlo y ser feliz con eso.
No es fácil que tu mente te diga que eres quien siempre has creído ser y llegues tú a decirme que no es eso, que ya era antes de creerlo.
Es complejo conocer tanto a una persona, incluso afirmo, que es mucho más difícil conocer que dejar que te conozcan, uno puede hablar y hablar y dejar salir en palabras lo que uno sueña, lo que se piensa, lo que se ama, lo que se razona y lo que se detesta. Pero conocer al otro es olvidarte de ti mismo por un instante, es darle tu ser, es saber. El conocimiento es la profundidad. Y lo mucho que me sumerjo en ti no se podría ejemplificar en un mar.
Es una responsabilidad que llevas a costa de sonrisas, que no pediste pero que sabes que se acumula, que disfrutas incluso, pues el alma brilla cuando encuentra sintonía.
Después de todo, creo que no llevo muchos meses ni días ni años amando.
Este es mi primer día, apenas hoy siento que amo, con toda la carga que la pequeña palabra lleva, con los poemas que se han escrito de ella, con las canciones que quieren intentar entenderla.
Este es mi primer día.
El querer no es muy parecido a lo que creí que sería, el querer es una construcción, no una coincidencia de químicas, es profundo y es meritorio, lleva tanto de tus adentros que incluso a veces es difícil encontrarte en el querer, se pierde uno, y es aterrador como pocas otras cosas en la vida. Pero el querer es, después de todo, la humildad de conocer y permitirse amar al otro. Y en ese principio radica toda esperanza. En el principio de que somos capaces de dejar de vernos como un sistema ya completo.
El mundo radica en esta otra persona, y el permitirte amarla es apenas el principio de ese "salir de ti mismo", entendemos que hay mundo afuera, pero si no dejamos que entre, entonces no lo conoceremos nunca.
Amar no te hace débil, ni vulnerable, no rompe estructuras, ni pone en juego la construcción de tu persona, amar es la fortaleza de la vida, de saber que uno puede mirar a otro, y otros también lo miran a uno.
A la misma persona, día tras días, amando.
¿No les parece irracional, exhaustivo?
Natural no es, lo siento y lo pienso y no es.
Simplemente no.
Y aquí sigo, cómo, me pregunto yo.
¿Cómo sigo?
Innumerables veces he querido parar, innumerables veces también he fallado,
mentido, engañado, dicho que sí cuando quería decir que no.
¿Por qué jamás he dicho que no?
Porque amo.
Porque entiendo en días como hoy, que amo, más allá de mi misma, amo.
Más allá de todas las mentiras que he dicho con tal de no perderme.
Más allá de todas la veces que he sabido que necesito soledad y no compañía.
Más allá de mi misma, te amo.
Y por meses y años lo he hecho, cada día que pasa te amo.
Y por más que huya, por más que te aleje, que grite, me desespere, que me aisle o
me quiebre.
Amo.
Y es lo más importante que aprendido.
Amo y dejo que me ames, que créeme no es tarea fácil.
No es fácil saberse amado, no es fácil para mi llevar la felicidad de alguien más en mis hombros,
saber que tengo el poder de lastimarte, conocerte tanto que cada decisión mía incluya ya tu consejo, sin antes siquiera haberlo preguntado.
No es fácil entender que uno es digno que lo amen, aceptarlo y ser feliz con eso.
No es fácil que tu mente te diga que eres quien siempre has creído ser y llegues tú a decirme que no es eso, que ya era antes de creerlo.
Es complejo conocer tanto a una persona, incluso afirmo, que es mucho más difícil conocer que dejar que te conozcan, uno puede hablar y hablar y dejar salir en palabras lo que uno sueña, lo que se piensa, lo que se ama, lo que se razona y lo que se detesta. Pero conocer al otro es olvidarte de ti mismo por un instante, es darle tu ser, es saber. El conocimiento es la profundidad. Y lo mucho que me sumerjo en ti no se podría ejemplificar en un mar.
Es una responsabilidad que llevas a costa de sonrisas, que no pediste pero que sabes que se acumula, que disfrutas incluso, pues el alma brilla cuando encuentra sintonía.
Después de todo, creo que no llevo muchos meses ni días ni años amando.
Este es mi primer día, apenas hoy siento que amo, con toda la carga que la pequeña palabra lleva, con los poemas que se han escrito de ella, con las canciones que quieren intentar entenderla.
Este es mi primer día.
El querer no es muy parecido a lo que creí que sería, el querer es una construcción, no una coincidencia de químicas, es profundo y es meritorio, lleva tanto de tus adentros que incluso a veces es difícil encontrarte en el querer, se pierde uno, y es aterrador como pocas otras cosas en la vida. Pero el querer es, después de todo, la humildad de conocer y permitirse amar al otro. Y en ese principio radica toda esperanza. En el principio de que somos capaces de dejar de vernos como un sistema ya completo.
El mundo radica en esta otra persona, y el permitirte amarla es apenas el principio de ese "salir de ti mismo", entendemos que hay mundo afuera, pero si no dejamos que entre, entonces no lo conoceremos nunca.
Amar no te hace débil, ni vulnerable, no rompe estructuras, ni pone en juego la construcción de tu persona, amar es la fortaleza de la vida, de saber que uno puede mirar a otro, y otros también lo miran a uno.
sábado, 22 de febrero de 2014
Si esto es crecer
Despierto todos los días con mucho esfuerzo
casi nunca quiero dejar la cama
pero me alegro de hacerlo
de ponerme en pie, sentir el piso frío, moverme.
Cada día pienso en que tengo que seguir adelante
pese a las penas, el agotamiento, el dolor en el pecho, las preocupaciones
duermo cada vez menos, por eso la lucha al despertar
me siento cansada, porque día tras día lucho
quiero mi tina llena de flores
quiero no respirar unos segundos, engañarme con que se para el tiempo
me retracto, quiero respirar profundo unos minutos,
mi tina llena de flores, mi cama llena de flores,
mi espacio lleno de plantas, mi suelo lleno de tierra, el alma verde.
Estoy impresionada con toda la vida que habita el planeta
me sorprende tanta luz
me estoy cansando, me rehúso, pero me estoy cansando
voy sonriendo a la cama, pero está el insomnio esperándome, nunca el sueño.
La luz prendida, no soporto la incertidumbre de la ceguera.
Un domingo con té rojo, bicicleta y tiempo para respirar.
La vida es buena, si esto es lo que es crecer, puedo con ello.
Encuentro paz, voy en el camino correcto.
Encuentro satisfacción...
Puedo con ello.
casi nunca quiero dejar la cama
pero me alegro de hacerlo
de ponerme en pie, sentir el piso frío, moverme.
Cada día pienso en que tengo que seguir adelante
pese a las penas, el agotamiento, el dolor en el pecho, las preocupaciones
duermo cada vez menos, por eso la lucha al despertar
me siento cansada, porque día tras día lucho
quiero mi tina llena de flores
quiero no respirar unos segundos, engañarme con que se para el tiempo
me retracto, quiero respirar profundo unos minutos,
mi tina llena de flores, mi cama llena de flores,
mi espacio lleno de plantas, mi suelo lleno de tierra, el alma verde.
Estoy impresionada con toda la vida que habita el planeta
me sorprende tanta luz
me estoy cansando, me rehúso, pero me estoy cansando
voy sonriendo a la cama, pero está el insomnio esperándome, nunca el sueño.
La luz prendida, no soporto la incertidumbre de la ceguera.
Un domingo con té rojo, bicicleta y tiempo para respirar.
La vida es buena, si esto es lo que es crecer, puedo con ello.
Encuentro paz, voy en el camino correcto.
Encuentro satisfacción...
Puedo con ello.
martes, 21 de enero de 2014
Cada que sueño con el pasado despierto añorandolo
Sé que a muchos nos ha de suceder,
trato de contarle a la gente mis sueños
pero ellos poco pueden entender el sentimiento que tengo de mis sueños
entienden a la perfección el acto, el sueño,
pero no el despertar.
Despierto añorando el pasado.
Y hablo con mi pasado, le digo en suspiros que en realidad lo extraño
Le escribo cuanto lo quiero, lo abrazo.
Pierdo la mirada en un punto fijo, quiero volver.
Quiero sentir como sentía y todo en mi se vuelve un impulso por ser unos años más joven.
No quiero juventud en sí, quiero mi pasado.
Quiero ese abrazo, ahora.
De repente logró dejar de estar acostada, me siento en mi cama.
Y pienso: "El pasado no aparece para que yo trate de alcanzarlo"
Lo dejo ir, le mando un beso.
Le digo al oído que lo amo, amo ese pasado en el que el hubiera puede existir.
En que quizás un beso me hubiera llevado a otros momentos.
Me gustaría que hubieras estado conmigo.
Pero amo mucho más mi presente, y mis ganas de vivirlo.
La promesa de poder construir por mi misma cada día.
Saco al sol de su cueva, nos ilumina a todos, y así empieza el ahora.
Pese a todo, siempre tengo el ahora y el mañana, mañana quizás te vea.
O quizás no.
Me siento en el lugar correcto, un no lugar.
Sé que a muchos nos ha de suceder,
trato de contarle a la gente mis sueños
pero ellos poco pueden entender el sentimiento que tengo de mis sueños
entienden a la perfección el acto, el sueño,
pero no el despertar.
Despierto añorando el pasado.
Y hablo con mi pasado, le digo en suspiros que en realidad lo extraño
Le escribo cuanto lo quiero, lo abrazo.
Pierdo la mirada en un punto fijo, quiero volver.
Quiero sentir como sentía y todo en mi se vuelve un impulso por ser unos años más joven.
No quiero juventud en sí, quiero mi pasado.
Quiero ese abrazo, ahora.
De repente logró dejar de estar acostada, me siento en mi cama.
Y pienso: "El pasado no aparece para que yo trate de alcanzarlo"
Lo dejo ir, le mando un beso.
Le digo al oído que lo amo, amo ese pasado en el que el hubiera puede existir.
En que quizás un beso me hubiera llevado a otros momentos.
Me gustaría que hubieras estado conmigo.
Pero amo mucho más mi presente, y mis ganas de vivirlo.
La promesa de poder construir por mi misma cada día.
Saco al sol de su cueva, nos ilumina a todos, y así empieza el ahora.
Pese a todo, siempre tengo el ahora y el mañana, mañana quizás te vea.
O quizás no.
Me siento en el lugar correcto, un no lugar.
lunes, 13 de enero de 2014
Antes del anochecer
Empiezo a hilar ideas, se juntan, se bordan en el mantel de mi mente.
Infinito, intrincado.
Antes del anochecer.
¿Acaso alguien más ha visto la trilogía?
Parece que nadie cerca de mí lo ha hecho.
Alma gastada, tomó dos vidas hacer la trilogía, pequeño dato curioso.
No sé, suena erróneo y sumatorio en la manera en que no quisiera
pero esa mujer, es la única en la que me he sentido reflejada.
No inspirada, no motivada, reflejada.
Como si parte de su papel fuera mi vida, mis sentimientos.
Genérica mi persona quizás, parte del constructo y parte de todo lo demás.
Nada especial.
El punto no va por ahí, el punto es que veo esta transformación y me voy a mí moviéndome.
Me veo zigzagueando, cambiando de lugar, cambiando las pieles.
O la piel, o las pieles.
Soy esta mujer que tiene una idea bien plantada en su cabeza.
No hacer nada que no quiera.
No renunciar a su persona, a los sueños que se crea.
A su ambición por el cambio, a su nulo temor del mismo.
Que se rehúsa a ser vencida.
Que se rehúsa a ser vencida.
Que no quiere nada más que su victoria.
Egoísta, ególatra, vuelve a sí misma.
Se convence de que sólo ella tiene respuestas para sí misma.
Aprende y abre los brazos, pero jamás es vencida.
Jamás ha bajado la guardia.
Para ella la vida no es más que el intento por vivirla.
Y ella no para de vivirla, se obsesiona por vivirla.
Le brotan las letras, acaso las formas, no pinta, no esculpe.
Le brotan las ideas, ella grita.
Soy esta mujer... que simplemente a veces no puede caminar más despacio.
Exigir menos de la vida.
Que se rehúsa, sobre todas las cosas se rehúsa.
No se encuentra conforme con lo que es, a veces tampoco con lo que deja, pero a esa inconformidad le llama casa, le llama ella hogar, reto y presa.
Odio sentirme como Céline, y al tiempo lo amo, amo como grita, como no se guarda las cosas, como cambia de cero a diez y sigue buscando, no la vencen, para ella la vida es el intento de vivirla, la amo, dios cuánto la amo, esa fuerza, cómo nunca se calla.
Dios cuánto me amo, cuantas veces no he luchado contra el adjetivo "egoísta"
E-GO-ÍS-TA
más veces de las que puedo contar me he visto en problemas porque siempre quiero hacer las cosas a mi manera, porque si no me va a llenar lo que hago ¿Para qué sigo parada en este planeta?
Quizás no sepa hacia donde camino cada vez que emprendo el paso, pero sé bien que no paro.
No puedo, y mejor aún, no quiero.
Me enorgullezco, me yergo.
Juro en silencio ante una multitud que nunca volveré a disminuir el paso porque los demás no lo entiendan, no lo valoren o no lo aprueben.
Me enorgullezco, con mi egoísmo y mi egolatría, juro no volver a sentir pena por amarme tanto.
Por parlotear, por nunca callarme.
Por rehusarme, sobre todas las cosas, a sacrificar mi verdadero ser por una llamada estabilidad.
Llevo el cambio en mi bandera.
Sonrío y camino, camino...
Infinito, intrincado.
Antes del anochecer.
¿Acaso alguien más ha visto la trilogía?
Parece que nadie cerca de mí lo ha hecho.
Alma gastada, tomó dos vidas hacer la trilogía, pequeño dato curioso.
No sé, suena erróneo y sumatorio en la manera en que no quisiera
pero esa mujer, es la única en la que me he sentido reflejada.
No inspirada, no motivada, reflejada.
Como si parte de su papel fuera mi vida, mis sentimientos.
Genérica mi persona quizás, parte del constructo y parte de todo lo demás.
Nada especial.
El punto no va por ahí, el punto es que veo esta transformación y me voy a mí moviéndome.
Me veo zigzagueando, cambiando de lugar, cambiando las pieles.
O la piel, o las pieles.
Soy esta mujer que tiene una idea bien plantada en su cabeza.
No hacer nada que no quiera.
No renunciar a su persona, a los sueños que se crea.
A su ambición por el cambio, a su nulo temor del mismo.
Que se rehúsa a ser vencida.
Que se rehúsa a ser vencida.
Que no quiere nada más que su victoria.
Egoísta, ególatra, vuelve a sí misma.
Se convence de que sólo ella tiene respuestas para sí misma.
Aprende y abre los brazos, pero jamás es vencida.
Jamás ha bajado la guardia.
Para ella la vida no es más que el intento por vivirla.
Y ella no para de vivirla, se obsesiona por vivirla.
Le brotan las letras, acaso las formas, no pinta, no esculpe.
Le brotan las ideas, ella grita.
Soy esta mujer... que simplemente a veces no puede caminar más despacio.
Exigir menos de la vida.
Que se rehúsa, sobre todas las cosas se rehúsa.
No se encuentra conforme con lo que es, a veces tampoco con lo que deja, pero a esa inconformidad le llama casa, le llama ella hogar, reto y presa.
Odio sentirme como Céline, y al tiempo lo amo, amo como grita, como no se guarda las cosas, como cambia de cero a diez y sigue buscando, no la vencen, para ella la vida es el intento de vivirla, la amo, dios cuánto la amo, esa fuerza, cómo nunca se calla.
Dios cuánto me amo, cuantas veces no he luchado contra el adjetivo "egoísta"
E-GO-ÍS-TA
más veces de las que puedo contar me he visto en problemas porque siempre quiero hacer las cosas a mi manera, porque si no me va a llenar lo que hago ¿Para qué sigo parada en este planeta?
Quizás no sepa hacia donde camino cada vez que emprendo el paso, pero sé bien que no paro.
No puedo, y mejor aún, no quiero.
Me enorgullezco, me yergo.
Juro en silencio ante una multitud que nunca volveré a disminuir el paso porque los demás no lo entiendan, no lo valoren o no lo aprueben.
Me enorgullezco, con mi egoísmo y mi egolatría, juro no volver a sentir pena por amarme tanto.
Por parlotear, por nunca callarme.
Por rehusarme, sobre todas las cosas, a sacrificar mi verdadero ser por una llamada estabilidad.
Llevo el cambio en mi bandera.
Sonrío y camino, camino...
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