Soy el impulso que mueve un músculo.
El segundo en que cambia la vida.
Un tercio de esperanza, otro de espera y uno más de audacia.
Soy el sentir del sentir del mundo ya rebasado, ya antes sentido, ya superado.
Soy una calle y una avenida.
Una tienda abierta en medio del pueblo.
La sonrisa del niño que mira apenas por primera vez la primavera y después en otoño reza
porque las flores tengan una segunda oportunidad.
Soy una flama, un segundo.
Un instante de vida.
Un atardecer en Florencia. Soy el viaje más corto del mundo.
Un tren que llega apenas en tiempo.
Soy lo que quise ser en otras vidas.
Y sobre todo la vida...
Soy la vida, que me aguarda instantes de sosiego en cada esquina.
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