Empiezo a hilar ideas, se juntan, se bordan en el mantel de mi mente.
Infinito, intrincado.
Antes del anochecer.
¿Acaso alguien más ha visto la trilogía?
Parece que nadie cerca de mí lo ha hecho.
Alma gastada, tomó dos vidas hacer la trilogía, pequeño dato curioso.
No sé, suena erróneo y sumatorio en la manera en que no quisiera
pero esa mujer, es la única en la que me he sentido reflejada.
No inspirada, no motivada, reflejada.
Como si parte de su papel fuera mi vida, mis sentimientos.
Genérica mi persona quizás, parte del constructo y parte de todo lo demás.
Nada especial.
El punto no va por ahí, el punto es que veo esta transformación y me voy a mí moviéndome.
Me veo zigzagueando, cambiando de lugar, cambiando las pieles.
O la piel, o las pieles.
Soy esta mujer que tiene una idea bien plantada en su cabeza.
No hacer nada que no quiera.
No renunciar a su persona, a los sueños que se crea.
A su ambición por el cambio, a su nulo temor del mismo.
Que se rehúsa a ser vencida.
Que se rehúsa a ser vencida.
Que no quiere nada más que su victoria.
Egoísta, ególatra, vuelve a sí misma.
Se convence de que sólo ella tiene respuestas para sí misma.
Aprende y abre los brazos, pero jamás es vencida.
Jamás ha bajado la guardia.
Para ella la vida no es más que el intento por vivirla.
Y ella no para de vivirla, se obsesiona por vivirla.
Le brotan las letras, acaso las formas, no pinta, no esculpe.
Le brotan las ideas, ella grita.
Soy esta mujer... que simplemente a veces no puede caminar más despacio.
Exigir menos de la vida.
Que se rehúsa, sobre todas las cosas se rehúsa.
No se encuentra conforme con lo que es, a veces tampoco con lo que deja, pero a esa inconformidad le llama casa, le llama ella hogar, reto y presa.
Odio sentirme como Céline, y al tiempo lo amo, amo como grita, como no se guarda las cosas, como cambia de cero a diez y sigue buscando, no la vencen, para ella la vida es el intento de vivirla, la amo, dios cuánto la amo, esa fuerza, cómo nunca se calla.
Dios cuánto me amo, cuantas veces no he luchado contra el adjetivo "egoísta"
E-GO-ÍS-TA
más veces de las que puedo contar me he visto en problemas porque siempre quiero hacer las cosas a mi manera, porque si no me va a llenar lo que hago ¿Para qué sigo parada en este planeta?
Quizás no sepa hacia donde camino cada vez que emprendo el paso, pero sé bien que no paro.
No puedo, y mejor aún, no quiero.
Me enorgullezco, me yergo.
Juro en silencio ante una multitud que nunca volveré a disminuir el paso porque los demás no lo entiendan, no lo valoren o no lo aprueben.
Me enorgullezco, con mi egoísmo y mi egolatría, juro no volver a sentir pena por amarme tanto.
Por parlotear, por nunca callarme.
Por rehusarme, sobre todas las cosas, a sacrificar mi verdadero ser por una llamada estabilidad.
Llevo el cambio en mi bandera.
Sonrío y camino, camino...
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