Es que hoy no era el día en que yo subiera la mirada y tus ojos fueran nuevos.
Tenían luz y los amé por un momento.
Por un momento sentí que eran mis ojos; tus ojos eran míos.
Es que estoy cansada,mujer. Cansada de extrañarte.
Me molesta pues, entrar a un cuarto vacío y oscuro y saber que está lleno de ti.
Mirar casi con miedo aquel que era nuestro espacio.
Ya no amo este salón y entrar en el es cargar con una mochila llena de recuerdos.
Ya no amo ese lugar y el estar cerca me marea.
Fue fácil hacer como que veía sin ver.
Pero una vez que no hay luz, entonces no hay de que esconderse, ni a donde correr.
Estoy parada, varada.
Muevo mi cabeza en diagonal y sólo logro besar el aire.
Muevo mi mano para tomar la tuya y es aire.
No hay manera en que reciba luz en un cuarto obscuro y la guarde justo detrás del ombligo.
Y la sienta palpitar.
Y oiga que respira...Y oiga.. que...respira.
Me estoy ahogando en químicos fotográficos.
-¿Por qué te cambiaste de foto?
-Para huir de mis sentimientos. (Y aun así me siguen alcanzando)
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