miércoles, 25 de enero de 2012

Ya saben como sabe el pastel?
Sí, sí, ese, el de chocolate que hago siempre.
Que lleno de lágrimas ¿Sabe bien verdad?
Es un regalo, mis adentros.
¿Que por qué regalo?
Pues ya ves, uno va por la vida.
Con sus sabores y sus sinsabores.
Alto y bajo, cabizbajo, mirada al frente. Asi va uno.
Y de repente aparece gente.
¿Cómo qué gente? ¿Les tengo que explicar todo?
Gente, gente así como ella.
Sí, la de la piel tostada, gente que vale la pena.
Que me lleva a una librería a compartir 20 minutos de silencio y paranoia.
Gente que quiero, y luego ella.
Ella que me renueva el alma.

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