A la estabilidad, bienvendida sea yo.
Ya regresé.
De aquel día y momento tan caótico, ya estoy de vuelta.
A la inestabilidad, si, pero la inestabilidad hogareña,
la que ya conozco, la mía.
Que sí, vi el mundo.
Desnudo.
No, no es como yo pensé.
Pero sigue siendo lo que imaginé.
Porque al final del día, si te pregunto que sentiste cuando
viste esos ojos por primera vez.
Salen esas arruguitas alado de tus ojos.
La expresión que no conocía en ti.
Sale esa sonrisa, la sincera que sólo veo 4 veces por año.
Una por estación.
Salen esas arruguitas y me dices: "El sentimiento que no puedes describir con nada"
LA VIDA.
Y entonces me traes de vuelta, vida.
Entonces vuelvo, como siempre, bien tangible, entregada.
Sabiendo que son las cosas y que deben ser, pero antes que nada.
Sabiendo que hacer a partir de quien soy.
Destinándome, queriendo con sinceridad.
No más desatinos. No más.
Hoy regreso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario