Familia y educación.
(Más bien es Verdades I)
Recomendaciones: reflexionar cada oración.
Apuntes:
No puedo saber que quiero sin saber quien soy.*
Si quiero querer a alguien, es mi responsabilidad.*
No hay que dulcificar al ser humano, todos somos perversos.*
Síndrome de negación al erotismo humano.*
Mandar hacia afuera es egolatría.
El verdadero poder es decidir por ti mismo: que quieres hacer y cómo lo quieres hacer.
No entrar en el sistema de adivinanzas.*
Esperamos mucho de los demás.*
Cuando dices tus necesidades te declaras independiente.*
"Yo necesito _________ pero si no me lo quieres dar no te voy a obligar porque no me perteneces."
Nadie le pertenece a nadie.
PEDIR IMPLICA UN COMPROMISO.*
Vivir para los demás es despersonalizarse y meterse en un conflicto.*
*importante.
viernes, 24 de junio de 2011
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Tengo los mejores hermanos del mundo.
Y lo puedo justificar en tres puntos:
1.- Los amo.
2.- Nos protegemos y apoyamos.
3.- Todo el tiempo reímos.
Y por eso agradezco a este par de maitos el no tener ni la mitad de los traumas y dramas que luego me creo solita. Son hermosos, son sinceros y son lo mejor de llegar a casa.
Y lo puedo justificar en tres puntos:
1.- Los amo.
2.- Nos protegemos y apoyamos.
3.- Todo el tiempo reímos.
Y por eso agradezco a este par de maitos el no tener ni la mitad de los traumas y dramas que luego me creo solita. Son hermosos, son sinceros y son lo mejor de llegar a casa.
miércoles, 22 de junio de 2011
lunes, 20 de junio de 2011
Hola, perdona si las palabras llegan a ser confusas.
Si te soy sincera, estoy temblando.
Pero necesito escribir esto, porque no puedo vivir de metáforas.
Haciendo alusión a ti, encadenandome en párrafos que sólo me atan y no me liberan.
Si bien todo lo que te he escrito antes, y las vez que dibujé tu cara eran intentos de liberarme. Porque te soñé y desperté herida.
Pero entiendo que necesito ser sincera. Y dejar que esta carta vuele a ti.
Y la leas y entonces yo sienta paz.
Y te deje ir (al fin, te deje ir).
Aquí voy...
Hola, estoy bien,desde que te fuiste (no, eso no esta bien) desde que ya no estás las cosas han cambiado mucho. Estoy tardando mucho en escribir esto pero me lo puedo permitir, porque te estoy despidiendo.
Hola, la vida no va mal, te extraño, más allá de lo que pensé que algún día iba a extrañar a alguien. Te extraño. Pero sé que no hay manera en que regreses a mi, a todos.
Quiero creer que te extraño porque te quiero pero también he de aceptar que te extraño porque eras parte de mi, te llevaste algo mio contigo, y extraño ese algo.
Te extraño porque tú me querías y yo lo sabía. Porque ansiabas abrazarme.
Te extraño porque me apoyaste en cuanto pudiste y nunca faltó en mi una sonrisa cuando
estaba en tu presencia.
Te extraño por que me veías y me hacías sentir bien, y sí, me doy cuenta de cuán egoísta sueno pero no me puedo mentir a mi misma.
Me siento mejor.
¿Qué haces? ¿Y, a dónde se fue toda tu energía?
Ya sé que nos extrañas también, a todos.
Este año no ha ido mal, sólo el primer mes, pero ya sabes de qué hablo.
Estudio lo que quiero, lo que me llena y cada día aprendo más. ¿Lo has visto?
Siempre he sido buena consejera pero ahora sé más cosas y puedo ayudar de mejor manera.
Me da miedo olvidar tu rostro. Me da mucho miedo, perdí las últimas fotos que te tomé y me siento increíblemente estúpida por eso.
Yo sé que las fotos no te traen de vuelta, pero, era lo último que tenía.
Era recordarte, en algunos días, por pequeños instantes, eras tú, era yo re teniéndote.
Eras el verdadero tú. Y no el recuerdo que tengo de ti y que distorsiono día con día.
Llevo ya tiempo queriendo terminar esta carta, pero me atoran los sentimientos.
No puedo recuperarte y no puedo hacer justicia.
Siento odio y siento desprecio.
ES INJUSTO, ES INJUSTO, ES INJUSTO Y QUIERO QUE ELLOS TAMBIÉN SUFRAN.
No quiero eso, sólo quiero que sea justo, que regreses.
ES INJUSTO.
No soporto el no poder lidiar con mi mente, que insiste en superarte, en que ya pasó el tiempo adecuado y es hora de seguir adelante. Pero el nudo en la garganta vuelve, vuelve con esta carta.
Recuerdo el miedo y recuerdo la angustia. No recuerdo tu cara, pero sé que sonreías.
Me da tanto miedo olvidar tu cara, porque entonces no me quedará nada.
No tengo fotos.
No me quedará nada, por favor quédate en mi mente y quédate bien adentro.
Por favor quédate aunque sea en sólo una manera.
No platico con nadie de ti, a veces ni conmigo.
Porque me cuesta trabajo oír tu nombre y pensar en los abrazos
que ya no te puedo dar.
Creo que esta es la parte que más años me voy a tardar en superar.
Tocarte. Sentirte. Abrazarte.
Y tu mirada aquella tarde, que fué la última, que me recibiste de brazos abierto y corri a ellos.
Aqui estoy, soy yo.
Soy Monthy, tu muñequita y no te quiero olvidar.
Adiós tío, esta es la despedida, te quiero y no te quiero olvidar, nunca.
Adiós tío, esta es la despedida.
Ya no estás.
Hola, perdón, gracias, adiós.
Si te soy sincera, estoy temblando.
Pero necesito escribir esto, porque no puedo vivir de metáforas.
Haciendo alusión a ti, encadenandome en párrafos que sólo me atan y no me liberan.
Si bien todo lo que te he escrito antes, y las vez que dibujé tu cara eran intentos de liberarme. Porque te soñé y desperté herida.
Pero entiendo que necesito ser sincera. Y dejar que esta carta vuele a ti.
Y la leas y entonces yo sienta paz.
Y te deje ir (al fin, te deje ir).
Aquí voy...
Hola, estoy bien,
Hola, la vida no va mal, te extraño, más allá de lo que pensé que algún día iba a extrañar a alguien. Te extraño. Pero sé que no hay manera en que regreses a mi, a todos.
Quiero creer que te extraño porque te quiero pero también he de aceptar que te extraño porque eras parte de mi, te llevaste algo mio contigo, y extraño ese algo.
Te extraño porque tú me querías y yo lo sabía. Porque ansiabas abrazarme.
Te extraño porque me apoyaste en cuanto pudiste y nunca faltó en mi una sonrisa cuando
estaba en tu presencia.
Te extraño por que me veías y me hacías sentir bien, y sí, me doy cuenta de cuán egoísta sueno pero no me puedo mentir a mi misma.
¿Qué haces? ¿Y, a dónde se fue toda tu energía?
Ya sé que nos extrañas también, a todos.
Este año no ha ido mal, sólo el primer mes, pero ya sabes de qué hablo.
Estudio lo que quiero, lo que me llena y cada día aprendo más. ¿Lo has visto?
Siempre he sido buena consejera pero ahora sé más cosas y puedo ayudar de mejor manera.
Me da miedo olvidar tu rostro. Me da mucho miedo, perdí las últimas fotos que te tomé y me siento increíblemente estúpida por eso.
Yo sé que las fotos no te traen de vuelta, pero, era lo último que tenía.
Era recordarte, en algunos días, por pequeños instantes, eras tú, era yo re teniéndote.
Eras el verdadero tú. Y no el recuerdo que tengo de ti y que distorsiono día con día.
Llevo ya tiempo queriendo terminar esta carta, pero me atoran los sentimientos.
No puedo recuperarte y no puedo hacer justicia.
Siento odio y siento desprecio.
ES INJUSTO, ES INJUSTO, ES INJUSTO Y QUIERO QUE ELLOS TAMBIÉN SUFRAN.
No quiero eso, sólo quiero que sea justo, que regreses.
ES INJUSTO.
No soporto el no poder lidiar con mi mente, que insiste en superarte, en que ya pasó el tiempo adecuado y es hora de seguir adelante. Pero el nudo en la garganta vuelve, vuelve con esta carta.
Recuerdo el miedo y recuerdo la angustia. No recuerdo tu cara, pero sé que sonreías.
Me da tanto miedo olvidar tu cara, porque entonces no me quedará nada.
No tengo fotos.
No me quedará nada, por favor quédate en mi mente y quédate bien adentro.
Por favor quédate aunque sea en sólo una manera.
No platico con nadie de ti, a veces ni conmigo.
Porque me cuesta trabajo oír tu nombre y pensar en los abrazos
que ya no te puedo dar.
Creo que esta es la parte que más años me voy a tardar en superar.
Tocarte. Sentirte. Abrazarte.
Y tu mirada aquella tarde, que fué la última, que me recibiste de brazos abierto y corri a ellos.
Aqui estoy, soy yo.
Soy Monthy, tu muñequita y no te quiero olvidar.
Adiós tío, esta es la despedida, te quiero y no te quiero olvidar, nunca.
Adiós tío, esta es la despedida.
Ya no estás.
Hola, perdón, gracias, adiós.
jueves, 16 de junio de 2011
Hola Junio, eres el mejor mes.
Es importante documentar tu vida, porque al fin y al cabo, nunca he confiado en mi memoria selectiva.
Así que cuando lea esto dentro de unos años sepa, que pasaba conmigo.
Así como escribo para liberarme de crisis también escribo para aferrarme a sentimientos.
Y aprendizajes.
Ayer aprendi mucho.
Nunca pensé que podría sentir tanto. Yo pensé que uno sentía y punto, pero hay cosas que se sienten más, como las tragedias, como el amor.
Como que mi alma implotaba, y yo sólo podía sonreir, agradecer.
Que las personas que se presentan en mi vida me quieran tanto. Que me escuchen.
Que tengo quien me levante. Y quien me de sonrisas todos los días.
Tengo amor incondicional. Y lo presumo.
Ayer reí hasta que me dolío la cara y el estómago.
Y disfrute el momento, no pasado y no futuro, sólo presente y sonrisas.
Y abrazos, mis amigos y el sol.
Sin inhibiciones y sin zapatos.
Descubri que soy la hermana mayor y que asi como protege, molesta.
Y toda esa bola de gente, que cuando conocí por primera vez me
hizo reir cada día hasto hoy, toda esa bola de gente, que conforme pasaron los días
se fueron conviertiendo en mis hermanos y fueron tomando forma
en mi corazón.
Toda esa bola de gente que me da mucho más de lo que yo les doy y me quita mucho más de lo que les quería dar.
Todos ellos son mi corazón y mis adolescencia que cada vez se pierde un poco más.
Sólo me queda agradecer que sean ellos, entre todas las personas que pude haber conocido, los que crecen conmigo y me acompañan en el camino.
Y que no importa si decido salir a caminar descalza, pues ellos siempre cuidan mis pasos.
Los amo hermoso quinteto de amor.
Así que cuando lea esto dentro de unos años sepa, que pasaba conmigo.
Así como escribo para liberarme de crisis también escribo para aferrarme a sentimientos.
Y aprendizajes.
Ayer aprendi mucho.
Nunca pensé que podría sentir tanto. Yo pensé que uno sentía y punto, pero hay cosas que se sienten más, como las tragedias, como el amor.
Como que mi alma implotaba, y yo sólo podía sonreir, agradecer.
Que las personas que se presentan en mi vida me quieran tanto. Que me escuchen.
Que tengo quien me levante. Y quien me de sonrisas todos los días.
Tengo amor incondicional. Y lo presumo.
Ayer reí hasta que me dolío la cara y el estómago.
Y disfrute el momento, no pasado y no futuro, sólo presente y sonrisas.
Y abrazos, mis amigos y el sol.
Sin inhibiciones y sin zapatos.
Descubri que soy la hermana mayor y que asi como protege, molesta.
Y toda esa bola de gente, que cuando conocí por primera vez me
hizo reir cada día hasto hoy, toda esa bola de gente, que conforme pasaron los días
se fueron conviertiendo en mis hermanos y fueron tomando forma
en mi corazón.
Toda esa bola de gente que me da mucho más de lo que yo les doy y me quita mucho más de lo que les quería dar.
Todos ellos son mi corazón y mis adolescencia que cada vez se pierde un poco más.
Sólo me queda agradecer que sean ellos, entre todas las personas que pude haber conocido, los que crecen conmigo y me acompañan en el camino.
Y que no importa si decido salir a caminar descalza, pues ellos siempre cuidan mis pasos.
Los amo hermoso quinteto de amor.
sábado, 11 de junio de 2011
Cosas que necesito aprender.
Somos más que un cuerpo, más que lo tangible.
Y por eso desdehoy cerraré los ojos para pensar. Pero para soñar, los dejaré bien abiertos.
Y por eso desdehoy cerraré los ojos para pensar. Pero para soñar, los dejaré bien abiertos.
domingo, 5 de junio de 2011
Ya es hora.
Ya son las 7, Quincampoix.
Ya levántate.
Ya es hora, sal de la cama, te toca tirar la basura.
Es hora de despedir tus ojos amorfos y tu sonrisa horrible.
Si, eres horrible y conservo tu foto.
Porque el día que la tomé vi tu belleza.
Fué ese día el que me pegué con casi in notable torpeza, a ti.
Ese día teníamos algo.
Al otro ya no y por eso me quedo la foto.
Porque gané el campeonato y tu recuerdo ya no lo sufro.
Porque te quiero.
Oye, Niño, tal vez en otros dos años llevemos una relación más normal.
Mientras, sigamos riendo, que nada nos cuesta.
Ya no te escribo a ti particularmente -excepto hoy- y lamento
que las cartas que te mandé cada día signifiquen menos.
Pero te quiero y las palabras pierden sentido cada año.
Así que me remitiré a los actos únicamente.
Eres el ideal que no deseo.
Y espero solemnemente que nunca en la vida nos volvamos
a encontrar en situaciones tan caóticas donde reina el drama y nuestros sentimientos.
Tú a lo tuyo y yo a lo mío, que ya nos hemos encontrado y no, no fué hermoso.
Tus consecuencias me hacen feliz.
Ya levántate.
Ya es hora, sal de la cama, te toca tirar la basura.
Es hora de despedir tus ojos amorfos y tu sonrisa horrible.
Si, eres horrible y conservo tu foto.
Porque el día que la tomé vi tu belleza.
Fué ese día el que me pegué con casi in notable torpeza, a ti.
Ese día teníamos algo.
Al otro ya no y por eso me quedo la foto.
Porque gané el campeonato y tu recuerdo ya no lo sufro.
Porque te quiero.
Oye, Niño, tal vez en otros dos años llevemos una relación más normal.
Mientras, sigamos riendo, que nada nos cuesta.
Ya no te escribo a ti particularmente -excepto hoy- y lamento
que las cartas que te mandé cada día signifiquen menos.
Pero te quiero y las palabras pierden sentido cada año.
Así que me remitiré a los actos únicamente.
Eres el ideal que no deseo.
Y espero solemnemente que nunca en la vida nos volvamos
a encontrar en situaciones tan caóticas donde reina el drama y nuestros sentimientos.
Tú a lo tuyo y yo a lo mío, que ya nos hemos encontrado y no, no fué hermoso.
Tus consecuencias me hacen feliz.
Voy a hacer spam.
Pues estoy repleta de letras que no me pertenecen.
Deben salir y seguir su curso.
Así que haré todo lo más rápido que puedo y así todo será sincero.
1.- Estás bien wey, pero igual te quiero.
2.- Ajá, te quiero más de lo que no planee.
3.- Tú, tú y tú a chingar a su madre.
4.- Tú no.
5.- Tú, te ofrezco una disculpa, estoy bien wey y no volverá a pasar.
6.- Tú, regresa.
7.- Yo, ya sé que no se puede, no vuelvas ese lugar.
8.- Yo, ya lo enterramos, ya déjalo ir.
9.- Tú, abrazame de verdad, no tus abrazos mediocres que me dejan más vacía de lo que ya venía.
10.- Nosotros hacemos buen par.
Deben salir y seguir su curso.
Así que haré todo lo más rápido que puedo y así todo será sincero.
1.- Estás bien wey, pero igual te quiero.
2.- Ajá, te quiero más de lo que no planee.
3.- Tú, tú y tú a chingar a su madre.
4.- Tú no.
5.- Tú, te ofrezco una disculpa, estoy bien wey y no volverá a pasar.
6.- Tú, regresa.
7.- Yo, ya sé que no se puede, no vuelvas ese lugar.
8.- Yo, ya lo enterramos, ya déjalo ir.
9.- Tú, abrazame de verdad, no tus abrazos mediocres que me dejan más vacía de lo que ya venía.
10.- Nosotros hacemos buen par.
Este es un resúmen.
Alvarez Vega Doña pienso mucho y no exteriorizo nada.
Esta es mi clase de pedagogía no. 125
A ti, que lees esto, te la invito.
Eres quien conoce mis pensamientos y por tanto te pido me pierdas el desapego.
Porque si, a mi sí me gustan las críticas. Júzgame, por favor.
Entonces llego a la clase. Es de amor.
Mi tema.
No es de amor, es de familia.
Es de traumas y es de control.
De dejar ir las cosas.
Hola, no te puedo salvar y eso me carcome.
Ahora empiezo hablar hacia mi misma: Soko, deja de pensar que vas a salvar el mundo.
Oye, yo también tengo quien me haga sonreir.
Oye, no me cortes la mirada, te soy sincera y me duelen las palabras, pero no, no puedo salvarte.
Oye, ya deja de hacerte la víctima, que él único en tu contra eres tú mismo.
Oye, déjame entrar. Ya sé, ya sé, no te puedo salvar.
Pero te puedo acompañar.
No, no te diré como vivir o que pensar, ni que sentir.
Sólo te quiero acompañar.
Oye, regalame una semana. Un día.
Piensa en lo que digo y óyeme. Yo sólo te quiero acompañar.
Y sentarme a tu lado por una semana.
Y sentarme a mirarte de cuando en cuando tocando tu mano.
Nunca esperando. Nunca esperando.
Yo sólo te quiero acompañar.
Esta es mi clase de pedagogía no. 125
A ti, que lees esto, te la invito.
Eres quien conoce mis pensamientos y por tanto te pido me pierdas el desapego.
Porque si, a mi sí me gustan las críticas. Júzgame, por favor.
Entonces llego a la clase. Es de amor.
Mi tema.
No es de amor, es de familia.
Es de traumas y es de control.
De dejar ir las cosas.
Hola, no te puedo salvar y eso me carcome.
Ahora empiezo hablar hacia mi misma: Soko, deja de pensar que vas a salvar el mundo.
Oye, yo también tengo quien me haga sonreir.
Oye, no me cortes la mirada, te soy sincera y me duelen las palabras, pero no, no puedo salvarte.
Oye, ya deja de hacerte la víctima, que él único en tu contra eres tú mismo.
Oye, déjame entrar. Ya sé, ya sé, no te puedo salvar.
Pero te puedo acompañar.
No, no te diré como vivir o que pensar, ni que sentir.
Sólo te quiero acompañar.
Oye, regalame una semana. Un día.
Piensa en lo que digo y óyeme. Yo sólo te quiero acompañar.
Y sentarme a tu lado por una semana.
Y sentarme a mirarte de cuando en cuando tocando tu mano.
Nunca esperando. Nunca esperando.
Yo sólo te quiero acompañar.
jueves, 2 de junio de 2011
Tal vez fue algo de la puesta de sol,
o algún efecto secundario del té,
pero lo cierto es que la pena voló
y no importó ya ni siquiera porqué,
se va,
se va,
se fue…
Algunas veces, mejor no preguntar,
por una vez que algo sale bien,
si todo empieza y todo tiene un final,
hay que pensar que la tristeza también
se va,
se va,
se fue…
o algún efecto secundario del té,
pero lo cierto es que la pena voló
y no importó ya ni siquiera porqué,
se va,
se va,
se fue…
Algunas veces, mejor no preguntar,
por una vez que algo sale bien,
si todo empieza y todo tiene un final,
hay que pensar que la tristeza también
se va,
se va,
se fue…
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