miércoles, 14 de enero de 2015

Para la que está lejos

Siempre que empieza un nuevo año quiero que el día primero mis dolores se queden en el 31.
No sólo eso, claro. También mis amores, también mis anhelos, también mis miedos.

               D o s m i l q u i n c e

... quiero tanto de ti, quiero tanto para mí, sin embargo ya es 14 de enero y lo único que puedo aceptar es que sigo herida.
Como pájaro al borde de mi ventana, respiro y me alegro que el sol me cubra.
Respiro
Es difícil hablar con sinceridad, es muy difícil serlo con uno mismo.
Encontré un hueco en mi pecho, dónde se albergaba el cariño.
Me fue robado, aunque también lo cedí con gusto, con todo gusto.
No sé si quiera recuperarlo.
Lo más difícil sea quizás el explicarlo, no puedo ver tu cara, no puedo oír tu voz, no puedo leerte, no te he borrado aborreciéndote, te he borrado protegiéndome,
porque te quiero.

A veces no lo evito y deliberadamente te busco, ¿harás tú lo mismo?
Me alegra tengas compañía, el invierno es largo en brazos del viento.
Admito que extraño tú persona, a ti, así como eres, te extraño y daría todo por abrazarte.
Daría absolutamente mi todo, por deshacerme de esta melancolía.
Pero cariño, si te borré de mi historia, no es porque te odie, muy al contrario.
Quererte como ahora te quiero me hace daño.
También a ti te haría daño si yo llevara este sentimiento a tu puerta.
Relego mis deseos, te extraño con cariño, con mucho cariño y me hace sentir tan triste que nuestros días hayan acabado.
Me siento un poco tonta de quererte tanto ¿sabes? como decepcionada de mí misma de no poder tacharte de una lista y seguir avanzando, y a la vez, me hace sentir feliz que yo te quiera tanto, porque de alguna manera significa que te abrí mi pecho, que no necesitaste pedir llave porque estaba lista, para querer así de profundo, con tal arrebato, así de cálido, incendiando todo en mi vida, y ahora que te he alejado tengo que pedir prestados soles.

Debo dejar de huirte, lo sé, pero aún no sé en cuánto tiempo será eso, me siento tan feliz hoy de sentir esto, de saber, sin duda, que te amaba.
Yo te amaba.
¿Hay algo más magnífico?
No es que pensara que soy incapaz de amar a alguien, no pienso tal cosa, pero, a veces sentía que no lo daba todo, que me reservaba cariño y que no lo estaba entregando con libre albedrío, que respondía quizás con gentileza el amor que me era dado, y no hablo de ti, sino de todo aquél con el que tuve alguna relación sentimental. No abría mi pecho del todo, pensando que quizás no era lo más inteligente y al final, podía partir, así nomás, partir.

Suena sumamente trágico, pero no es mi intención, no te lloro, no maldigo nuestra historia, no me caes mal siquiera, simplemente te pongo en una cajita y te escondo bajo mi cama, y conociéndome sé que es la decisión correcta, que debo esperar a poner mis sentimientos en orden, y cuando se encuentren en el lugar correcto, con toda alegría correré a abrazarte, con cariño puro y sin pedir nada a cambio. Y hasta que ese día llegue, te escribo:
"Me alegra haberte amado."

Ha salido el sol, pongo mis pies en la ventana, espío a un pajarito que se ha posado en mi techo.
Siento una alegría sincera.
Estoy en calma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario