Alguna vez comencé alguna de nuestras cartas con la siguiente frase:
"Lo que siento por ti ha sido lo más complejo que he sentido hasta el momento, muy poco de ello entiendo."
¿Sabes? No mentí, a la fecha lo sigo pensando, lo que siento por ti ha sido y sigue siendo lo más complejo que he sentido hacia otra persona.
Mi frase favorita solía ser "te amo, pero no te necesito."
Alguna vez Víctor me platicó de las "almas gemelas" "amores de vida" etc. No entiendo aún esas concepciones y menos aún en los contextos amorosos románticos en lo que estamos acostumbrados a pensarlos, pero Víctor dijo "No sabes cuando lo conocerás, no sabes quién será y probablemente no será tu pareja, porque el alma gemela puede ser tu madre o un primo, un amigo o un conocido, simplemente va a cambiar todo en tu vida."
Tú lo cambias todo, siempre lo has hecho.
Me has probado una y otra vez cuán equivocada estoy, tanto como me has celebrado y amado.
Quería escribir esto sobretodo porque quiero dejar alguna evidencia, una que diga que cambiaste algo en mí, que me equivoqué en algo de lo que yo pensaba estar más que segura.
Ay, la vida. Tan ingrata hacia aquellos que la dan por vista.
Tan sorpresiva para aquél que la deja fluir.
Quiero dejar una pequeña evidencia de lo que pasó aquél día, lloré un montón, la adrenalina fluía más que la sangre, sentí que moría (y en verdad algo en mí moría).
Mientras cantabas yo me preguntaba ¿Por qué te quiero tanto? ¿Por qué te quiero tanto? ¿Existen respuestas a esta pregunta, existen justificaciones para el cariño? Imagínate, que ahora me siento feliz, porque esto que siento por ti, esto es infinito, esta es la primera vez que reconozco un sentimiento que es más grande que yo.
Volviste y en lo único en que podía pensar era "Cuánta falta me hiciste, y ahora que estás aquí me siento completa." Piénsalo bien, "Me siento completa." Sin ti estaba incompleta, pero volviste y me hiciste reconocer el hueco en mi pecho y me dejaste sanarlo.
¿Por qué te quiero tanto?
Te amo pero no te necesito, es verdad, aún es verdad, sin ti seguí viviendo, pero ahora que estás me doy cuenta que aunque aprendí que no moriría sin ti, espero nunca tener que vivir de esa manera, no quiero nunca vivir de esa manera.
Algo murió en mí, la certeza de que sabía cómo y cuándo querer a las personas, voy aprendiendo.
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