Dos mil diecisiete..
Enfermar.
Estar enferma, ver enfermas, ser enferma.
No encontrar respiros. Sentir que se cortan todos.
Llevar cargando una obesidad de tristeza, de duelo.
Doler.
Ser quién duele y lo que duele.
Sentir enojo, querer aislamiento.
Resentir no poder pensar en soluciones,
porque estoy ocupada repitiéndome que no me lastime,
que no hace falta.
Dos mil diecisiete mierda, dos mil diecisiete sin sueño,
sin vida, sin alientos.
Comer.
No comer, comerlo todo y no comer.
Soy yo el vaso de agua.
No entiendo como evitar quebrarme.
¿Quién podría soportar esto?
Llorar.
A cuentagotas, llorar siendo desierta.
Fortalecerse.
Quién sabe cómo ni cuándo, pero dicen que sucede.
Enmendarse.
Quién sabe cuándo, pero dicen que sucede.
Esperar.
El amar se fue esperando, y la espera no lleva consigo el límite.
Limitarse.
Ser casi lo mismo que un cero, ser casi tremendamente invisible.
Desaprender lo que había costado tanto, sentir que se regresa a la nada.
Volver a tener problemas con el "no". Dejar de compartirme, cerrarme como tan fácil se cierra una ventana. Soñar con ventanas, con aventarme de ellas, parar todo, descansar, dormir al fin, dejar que todo se hunda, estar satisfecha con ello.
Levantarse.
Quién sabe cómo ni cuándo, pero dicen que pasa.
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