miércoles, 7 de diciembre de 2011

Y entonces conocí el amor.

Es frío, donde quieras que estés cuando hay amor, hace frío.
Sólo los destellos de calor llegan a tocar mi cuerpo.
Rara vez, muy rara vez me siento tranquila.
Y llega la adicción, querer tenerla a todo momento.
Superas la adicción.
Querer sostener su mano.
Querer sostener su vida.
Un abrazo.
Se hinca, me besa la mano.
Caigo, caigo fuerte y en espiral.
¿Lo has sentido?
La belleza me grita, esta en su cara, esta en ella.
Ella es la belleza.
La amo.
Es un sueño, uno largo.
Es un sueño.
No, es real, duele.
Duele y es hermoso ¿Cómo?
Yo también me lo he preguntado, mil veces.
¿CÓMO?
Así, como el amor, frío y cálido.
Tentador.
Me come, no, me devora. Me devoró.
Y yo ahí, en medio de la calle, pensando en el amor.
Pensando en ella.
Pensando que, nada nunca valió la pena.
Nunca antes sentí tanto frío y me sentí tan resguardada.
Tanta desconfianza y tanta seguridad.
Tantas contradicciones.
En un abrir de ojos pasaron 300 días.

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