Caricia.
Las terminaciones nerviosas responden.
Cariño.
Las células responden.
Su piel, constelación única, suerte de tacto divino.
Su vida, alivio a la mía.
El sentir del viento, de las criaturas que en él planean.
Corazón, puño de sangre.
Latiendo, latente de hambre.

Carmelina Soto - Los amantes

Los que se amaron deben quedar ciegos.
Porque sus gestos sean sin sentido.
Porque sus brazos giren sin gracia ni provecho.
Como las tempestades...
ciegos.

Ciegos como banderas después de la victoria
o como las espadas
que están siempre desnudas y gloriosas.

Qué rencor por los ciegos
y por las tempestades.
Y por los que creen que el amor es la hartura.
Oídlo bien: El amor es el hambre.